A poco más de un mes de la noticia del incendio y muerte de un hombre de 33 años y su hijo de 8 años en Leandro N. Alem, la acusada del hecho, Yésica Anahí L. de 30 años, sigue detenida. La misma se abstuvo de declarar ante la jueza Raquel Zuetta, titular del Juzgado de Instrucción Cinco.
La acusada, ex pareja del hombre, fue señalada por los testimonios que obran en la causa, ahora la Justicia espera el informe de criminalística de bomberos de la Policía de Oberá, que pueden arrojar dos resultados: hipotético accidental o hipotético intencional.
Si bien la situación procesal de la acusada aún no está definida, ya que no se dictó la prisión preventiva, el beneficio de excarcelación está “suspendido”.
Durante un allanamiento a la morada de la acusada, efectivos de la Unidad Regional VI incautaron una botella de 4 litros con combustible, un envase de cera, un trozo de goma espuma con cera negra, que podrían haber sido activados para iniciar el fuego.
Las sospechas sobre la mujer emergieron por las propias declaraciones de su círculo íntimo, quienes la habían ido a visitar para darle sus condolencias ante su pérdida.
Al parecer, en medio de una situación de consumo de alcohol y pastillas, fue ella misma quien terminó confesando: “Me mandé una cagada” y dando detalles sobre su accionar durante esa madrugada del 30 de agosto.
Según declaraciones, la mujer había señalado que sus intenciones eran “darle un susto” a su pareja, pero que todo se salió de control. Agregaron también que la sospechosa dijo que le había molestado que durante la noche Ocampos no le respondiera los llamados ni los mensajes. Es por eso que habría ido a su casa con los elementos incendiarios.
Según los aportes testimoniales, la mujer se sentía muy mal anímicamente e incluso había manifestado intenciones de quitarse la vida, por lo que por eso decidieron hacer la denuncia.
Según lo que trascendió, Ocampos y la detenida tenían una relación muy conflictiva, con antecedentes de peleas que quedaron registrados en denuncias y presentaciones. También ambos habían tenido conflictos con la ex pareja de ella.
Este último también fue detenido por la Justicia y declaró como testigo sospechoso en base a estos elementos, pero sigue el proceso en libertad y su situación no tuvo variantes hasta el momento, consignaron las fuentes.
El incendio
Rosendo Ocampos y su hijo Alexander José, vivían sobre la avenida Camba Cuá y calle Campichuelo, a 500 metros del complejo polideportivo municipal Ricardo Balbín.
El inmueble había sido acondicionado para que vivieran dos familias: en un lado ellos y del otro la hermana de éste y sus tres pequeños, dos niñas de 10, 12 y un nene de 6 años.
Los vecinos de la zona se despertaron cerca de las 4 de la madrugada del 30 de agosto con los pedidos de auxilio y en segundos advirtieron que la casa de la familia Ocampos estaba envuelta en llamas.
De forma inmediata se organizaron para poder apagar el fuego, que a esa altura ya había ganado toda la vivienda.
Tanto la mujer como sus tres hijos fueron retirados rápidamente, pero para cuando intentaron auxiliar al hombre y a su hijo, se encontraron con que el techo de la vivienda se había desplomado sobre ambos.
Incluso, vecinos escucharon los gritos desgarradores del hombre intentando sacar al chico de la morada.
Según se reconstruyó, el niño fue criado en soledad por su padre, ya que su madre había abandonado la casa cuando tenía 1 año de edad. Tras una recorrida los rescatistas se toparon con los cuerpos calcinados.