La investigación por el homicidio de Juan Ángel Chemes (73), empleado de la Municipalidad de la localidad de Oberá que fue asesinado el pasado 18 de marzo, tuvo ayer un giro inesperado cuando otras de sus hijas, de 21 años, aseguró que fue la autora del crimen de su propio padre .
Los voceros de la policía de Misiones, expresaron que tomaron conocimiento de la situación mediante un abogado local, quien expresó en la Comisaría Quinta que la joven se contactó con él y tras reuniones le manifestó con detalles como se habría cometido el homicidio.
Amplió que la joven manifestó que “se sentía desbordada” y que por eso confesaba el crimen, asimismo, entregó una carta escrita a mano con la confesión y los detalles de cómo ocurrieron los hechos.
Ante este, personal de la Comisaría de la Mujer y la Seccional Tercera procedieron a la detención de la sospechosa, quien ya se encuentra alojada en una celda a disposición del Juzgado de Instrucción interviniente, que va a decir cuándo la llama a audiencia indagatoria. La Policía también secuestró la carta, que será sometida a pericias por parte de expertos.
Por el homicidio de Chemes, se encuentra detenido otro de los 15 hijos que tuvo con su esposa. El hombre de 32 años, se abstuvo en audiencia indagatoria, en la que fue imputado por homicidio agravado por el vinculo.
Los hechos
El hecho que se investiga se registró el viernes 18 de marzo, alrededor de las 5:15 horas, en el barrio Londín de Oberá, cuando la víctima se dirigía a su trabajo. Chemes era empleado municipal y prestaba servicio en el Jardín de los Pájaros.
Según la autopsia, falleció a consecuencia de una herida cortante profunda a la altura del cuello, lo que derivó en un shock hipovolémico, es decir una grave hemorragia. También presentaba golpes y excoriaciones en diferentes partes del cuerpo, lo que marca el ensañamiento del o los agresores.
Desde un primer momento los familiares estimaron que fue abordado por más de una persona, ya que Chemes sabía defenderse, ya que fue carnicero durante gran parte de su vida y siempre portaba un cuchillo.
Por ello se presume que lo esperaron ocultos en la maleza y fue asaltado por espalda, lo redujeron y degollaron, tras lo cual arrastraron su cuerpo 50 metros hacia el interior del monte.
Se presume que el móvil fue el robo ya que al momento del hecho la víctima llevaba alrededor de 70 mil pesos en efectivo.
La plata estaba guardada en el interior del bolso que todos los días llevaba al trabajo y que nunca fue hallado por los investigadores del caso.
