A cuatro metros de la superficie, en lo profundo del lago Mari Menuco, en Neuquén, cualquiera que se sumerja se llevará una gran sorpresa o un enorme susto. Una estatua de un minotauro que mide un metro y medio, y pesa 250 kilos, custodia las aguas.
Distintas personas entre marzo y abril denunciaron la presencia de la escultura del ser mitológico, que tiene cuerpo de hombre y cabeza de toro, pero el temor que causaba no les permitía acercarse. Ahora bien, no es lo único que se encuentra en el fondo, ya que está acompañado por máscara de 1,40 metros por 1 metro.
Un joven de 23 años -que prefirió identificarse con el nombre de Cristian a LM Neuquén- comentó que el domingo 10 de abril, ni bien terminó de almorzar, decidió irse a relajar al agua en kayak. En su regreso y a seis metros de la costa, sin embargo, notó algo debajo de él.
“Y ahí lo vi, era un minotauro. Primero me agarró miedo. Hay muchos mitos sobre el agua y todos nos reímos, pero creo que algo cierto hay. O por lo menos, en ese momento, todas las dudas que tenía sobre los seres sobrenaturales, se confirmaron. Era un minotauro”, aseguró el sujeto, describiendo su reacción al ver al ser de hierro y cemento.
Según contó, a penas lo vio, su primer instinto fue nadar a toda velocidad hasta la orilla. Luego se relajó, teniendo en cuenta que había varios padres e hijos en el agua que ignoraban su presencia.
Agarrando coraje se bajó del kayak e intentó nadar hacia él, pero no se animó. En cambio, optó por salir del lago y contarle a su primo, quien no le creía y tuvo que verlo con sus propios ojos.
La impresión de su pariente de 18 años fue la misma que la de él. “Le vi su cara de susto y me reí. Le dije ‘viste que no me creías, ahí está’ y aflojó un poco”, recordó Cristian. Cuando no sintieron tanta impresión, decidieron sumergirse, pero no llegaron a tocar la escultura pues no tenían los elementos de buceo para alcanzarlo: ni patas de rana, ni peso; tampoco el estado físico.
“Después de ese día, me volví fanático del agua”, aseguró el joven de 23 años. Si bien no pudieron acercarse lo suficiente, lograron contemplarlo y se obsesionó con el asunto, estudiándolo y llegando a la conclusión de que nada tiene que ver con lo terrorífico de su apariencia.
Investigó qué significaba la presencia de un minotauro debajo del agua y le surgió el término: “gen ko”. Teniendo en cuenta la cosmovisión mapuche, refiere a las energías protectoras de cada lugar, siendo “ko” el agua.
“Cada elemento de la naturaleza tiene el suyo y es por eso que los mapuches siempre piden permiso para entrar al agua o para cortar un árbol. Ese permiso se lo piden a este gen ko”, explicó Cristian. Esta cultura sostiene que, cuando estos elementos naturales se sienten atacados, aparecen.
Según Lefxaru Nawel, de la Lof Newen Mapu de la Confederación Mapuce de Neuquén, cuando se trata de lugares grandes, como un río, un lago o una montaña, estos gen ko se personifican en animales o en cosas animales sobrenaturales. Por lo tanto, el minotauro podría significar esa protección.
El hombre, consultado por el medio, señaló: “Siempre están, pero no todos los pueden ver. Nosotros siempre pedimos permiso para intervenir, cuando nos metemos al lago o en las ceremonias. En nuestra cultura, hay personas que pueden verlas en todos los elementos naturales”.
Cabe destacar que Cristian volvió varias veces al lugar, encantado con la escultura y las creencias detrás de ella. Sin embargo, al cabo de dos meses encontró algo más: una máscara.
Se trata de una especie de rostro que sale del suelo y mira hacia arriba. Del mentón a la frente hay un metro cuarenta, y de ancho tiene un metro. Fue hecha con la boca abierta, labios marcados y una palabra en cada uno de los pómulos: “Viaje eterno”.