Natalia Soto es de Chaco, tiene 23 años y una hija de 4. Durante su embarazo recibió maltratos por parte del padre de la menor, y con el paso de los años se convirtieron en golpes y persecuciones. Frente a esto decidió denunciar al sujeto, quien amenazó con asesinarla y ella por temor se refugió en Neuquén.
Soto efectuó 23 denuncias hacia su esposo por violencia de género, pero al no conseguir respuesta por parte de la Justicia de Chaco, escapó a la provincia neuquina para salvar la vida de ella y de su nena.
Según afirmó a LM Neuquén, la joven sufrió mucha violencia física y psicológica tanto por parte del agresor como de su ex suegra y ex cuñada. El sujeto era muy celoso, posesivo y no la dejaba ni estudiar.
Anteriormente vivía en la casa del hombre con el resto de la familia de él. Natalia contó que allí “si no limpiaba, la madre le avisaba y él la golpeaba”. La pesadilla no terminó ahí, porque cuando nació su hija, encerraban a la víctima en un cuarto para pegarle mientras la niña veía televisión a todo volumen.
La denunciante informó frente a la Justicia que la tenían encerrada, no podía salir del lugar hasta que un día una vecina escuchó los gritos de auxilio, llamó a la policía y la socorrieron.
“Yo estaba toda ensangrentada, logré escaparme por una ventana y ver al policía en la puerta. Él le dijo que tanto su mamá como yo podíamos hacer la denuncia y lo obligó a darme a la nena”, relató la chaqueña de 23 años.
Aun habiendo efectuado la denuncia, no quiso separar al padre de su hija e intentó combinar con él para que pueda verla. Luego de un año de lo sucedido, conoció a su actual pareja, quien le propuso ir a Neuquén por un trabajo.
De la mano de una abogada se asesoró y le dejó su nena al agresor. No obstante, a los días no le atendía el teléfono ni dejaba que viera a la menor. La boqueó por todos lados y no retiraba la plata que Soto le enviaba.
Frente a esto regresó a Chaco y se reencontró con su hija a escondidas de su ex pareja. “Me la trajo un familiar y ahí mismo mi nena se puso a llorar, tenía un golpe en su ojito derecho. Me dijo que su papá le había golpeado con un cinto”, detalló.
Tras insistir durante mucho tiempo le tomaron la denuncia en una comisaría y fueron trasladadas a un refugio de mujeres víctimas de violencia de género. La pequeña le rogó a la madre no volver a estar con el agresor ya que este la golpeaba y hacía dormir en el piso.
No obstante, el acusado siguió presentándose: “Mi ex es piquetero en Chaco y tiene la ayuda de la Justicia. Me encontró y fue hasta el refugio donde amenazó con que si no veía a la nena iba a prender fuego todo con todas las mujeres dentro”.
Las amenazas de muerte no tardaron en llegar. Bajo el miedo que la situación le provocó, huyó a Neuquén con la esperanza de que la justicia de allí pueda socorrerla. “Si vuelvo a Chaco voy a ser una muerta más”, aseguró Natalia.
Si conoces a alguien o sos víctima de violencia de género, recibí atención, contención y asesoramiento de manera gratuita todo el año al 144. Si se trata de una urgencia o caso de riesgo, llamar al 911.