Tercer festejo argentino en Mendoza y ojalá que no se corte, que se siga haciendo por los tres partidos que le restan a este Mundial de Qatar 2022. Y sí, hasta que Argentina sea campeón del Mundo con Lionel Messi y compañía.
Y todos piensan igual. O por lo menos desde este sábado luego del partidazo que jugaron los muchachos de Lionel Scaloni, técnico que cada día convence más de que piensa distinto y que era el cambio que se necesitaba en el seleccionado.
Un pensamiento que descomprimiera todo lo mecanizado y estructurado de otros reconocidos entrenadores. Y el rosarino llegó para hacer de éste equipo un desfile de jugadores de corazón y calidad, que responde a cualquier sistema que se les imponga, dándole a la Argentina una versatilidad indiscutible.
Por eso es que a Lionel Messi se lo ve tan conforme liderando a un grupo que motiva tanto. Y ayer en el epicentro de encuentro en la Ciudad de Mendoza, en calle Garibaldi y San Martín, todos hablaron de eso.
Una multitud unida por una misma locura generada por el fútbol. Una comunión, una unidad de pueblo no vista desde décadas, porque ni los otros últimos mundiales lograron producir este fenómeno. Acá no hubo gritas de ningún tipo. Todos estaban felices y de acuerdo de que luego de ver el juego que propone esta Scaloneta, se puede traer la Copa.
Sólo locura absoluta. De niños y adultos, de mujeres y hombres. Todos con la celeste y blanca, espumas, redoblantes, vuvuzelas, bailando y cantando. Y hubo quien quiso una visual distinta de lo que ocurría en el centro de la fiesta y qué mejor que subirse a uno de los carolinos que contornean las calles de la ciudad. Por suerte lograron bajarlo sin que protagonizara ni se lamentara un accidente, pero qué alegría tenía ese muchacho.
Y sí, el festejo duró horas hasta caer el sol. Costó que se descomprimiera la concentración, y es que nadie se quería ir. La ilusión, después de la victoria de Argentina frente a Australia (2-1) con gol de ‘La Pulga’ y de la ‘Araña’ Álvarez, es enorme. Soñemos, total no cuesta nada. Porque esta Argentina necesita que este sueño se cumpla.