Las altas temperaturas que se registran en Mendoza en los primeros meses del año llevan a que muchas personas busquen cauces de agua para refrescarse. Esto ocasiona no sólo grandes deterioros en la red de riego sino también tragedias que podrían ser evitables si se tomara conciencia de que estos lugares aptos para la recreación. De hecho, bañarse en cauces de riego está prohibido y existen legislaciones en la provincia que lo penan.
Desde esta semana está circulando la parte gráfica de la campaña denominada "Verano sin muertos de calor". Se busca generar conciencia informando y previniendo sobre lo que puede ocurrir tras sumergirse en cauces de riego, canales, diques y embalses no aptos para bañarse.
Las estadísticas de los últimos cinco años aportadas por Defensa Civil de la Provincia indican que en promedio, por cada temporada, unas 30 personas pierden la vida por sumergirse en canales de riego. En todos los casos, se trata de jóvenes que realizan estas prácticas indebidas o bien niños que escapan a la mirada y control de sus padres.
Existen peligros ocultos en las aguas y que en la mayoría de las ocasiones son mortales, como rocas, que ante el impacto provocan pérdida de conocimiento. También sistemas de compuertas que succionan el agua y pueden provocar la muerte instantánea, la baja temperatura del agua que puede ocasionar un shock térmico, o bien la propia corriente, que en muchos casos es muy veloz, dependiendo la traza y pendiente del canal, por lo que inevitablemente arrastra y sumerge al bañista.
Cabe aclarar que Mendoza tiene 38 diques y más de 12 mil kilómetros de canales (5.000 kilómetros en la cuenca del río Mendoza entre primarios, secundarios y terciarios). De ellos, un porcentaje importante se encuentra en propiedades privadas (fincas), por lo que se hace necesario que la ciudadanía en general tome conciencia de los riesgos que implica bañarse en los cauces, ya que en la mayoría de los casos es imposible contar con la ayuda y auxilio inmediato.
Irrigación trabaja junto al Ministerio de Seguridad y también Defensa Civil para despejar las márgenes de los ríos. A diario se recorren los canales y en varias oportunidades, junto a la Policía de Mendoza, por el accionar violento de muchos bañistas que se niegan a retirarse.