Mónica Castro es investigada por el crimen del médico jubilado León Domingo Burela (64), ocurrido en Las Heras a mediados de abril. Por el mismo crimen también es investigada la viuda, Elizabeth Ventura (52). Las dos mujeres son amigas y se cree que juntas planearon el asesinato a manos de un sicario y lo hicieron pasar por un intento de robo.
El caso dio un giro de 180 grados cuando - a raíz de escuchas telefónicas- las mujeres quedaron detenidas como las principales sospechosas del crimen. Eso fue el 10 de octubre y en los allanamientos encontraron trabajos de magia negra realizados por Castro.
Entre otras cosas encontraron una foto intervenida de la fiscal Claudia Ríos, que está a cargo de la causa, y el nombre de algunos policías, que también investigan el caso, en el congelador. El objetivo era freezar cualquier tipo de avance en el caso.
Ahora, desde la celda en el penal Agua de las Avispas, Castro volvió a hacer de las suyas. Había una bolsa con papales que decían "libertad para Mónica Castro", "pulsera electrónica para Mónica Castro" y los nombres de la fiscal Ríos y el juez Federico Martínez- quien debe decir sobre la preventiva- tachados con cruces.
Algunos de estos papeles estaban adentro de un frasco con miel, mientras que también encontraron escritos con los apellidos de los abogados defensores, informa el periodista Ariel Cubells en Diario Los Andes.
Foto: Gustavo Rogé / Los Andes.
