Un nene de cuatro años falleció en La Plata y su papá decidió donar al Hospital de Niños Sor María Ludovica, el remedio, valuado en 400 mil dólares, que le había comprado para tratar su enfermedad. Este medicamento, le salvó la vida a un nene de dos años de Salta que luchaba contra un Síndrome Urémico Hemolítico.
La forma en la que logró conseguir el medicamento y hacerlo viajar hasta Salta, se conoció a través de la cuenta de Twitter de la hija de una médica nefróloga de aquella provincia, quien junto a su madre formaron parte de todo el proceso que permitió obtener el costoso medicamento conocido como Eculizumab.
El niño salteño necesitaba recibir esa droga en menos de 12 horas. Su vida corría peligro y por ello se tuvo que planificar una increíble logística para poder salvarlo: lo primero fue conseguir un vuelo que llegara en pocas horas y asegurar el traslado del medicamento sin perder la cadena de frío.
“Eran las 11 AM del jueves 13 de enero. Mi mamá (que es médica nefróloga) estaba en casa porque había venido a dejar a mi sobrino para que juegue con mi hijo”, comenzó su relato Jimena y explicó que la mujer recibió el llamado de una médica pediatra del Hospital Público Materno Infantil de Salta para ver si se les ocurría “alguna forma para hacer llegar una medicación” con urgencia de acuerdo a los contactos que tenían.
La profesional que las contactó les contó la historia del nene al que decidieron llamar Nico, para preservar su identidad, y que el equipo médico “había conseguido acceder a esas ampollas gracias a la donación de un padre que había perdido a su hijo y no las había utilizado”.
“Las ampollas se encontraban en el sector de farmacia de un hospital público en la ciudad de La Plata y había que hacerlas llegar ese mismo día a Salta Capital”, siguió Jimena y explicó que entonces comenzaron a diagramar la logística que terminó con un verdadero milagro: “Lo primero que hice fue pensar en un grupo de 28 mujeres con el que compartí un mentoreo en Buenos Aires en el 2019, gracias a un programa de liderazgo de la ONG @VocesVitalesAr”, contó.
En pocos minutos armaron una cadena de contactos y resultó ser que dos de las participantes de aquella iniciativa trabajaban en Aerolíneas Argentinas. Las contactaron a las 13, habían pasado dos horas de la llamada y hasta ese momento habían conseguido cómo trasladar la medicación, pero el último vuelo de la empresa partía hacia Salta a las 16 y el Eculizumab seguía en La Plata.
Sin perder tiempo contactaron a un primo de las mujeres en Salta que se encontraba por trabajo en La Plata, retiró las ampollas en el Hospital de Niños y salió hacia a Aeroparque, pero en la autopista La Plata-Buenos Aires había un piquete que cortaba el camino.
Así fue que la conservadora subió al avión y a las 21, la pediatra que las había llamado fue al aeropuerto para recibirla y llevarla al hospital salteño donde el pequeño esperaba y le fue suministrado el medicamento.
Tras la aplicación, los especialistas y la familia del niño debieron esperar 48 horas para saber si la droga había hecho efecto. El resultado fue el esperado. Las mujeres se comunicaron luego con Jimena y su mamá y les comunicaron que Nico había despertado, ya estaba desconectado del respirador y hasta había orinado.
“Con este relato solo quiero resaltar lo que sucede cuando los mecanismos del Estado no dan respuestas, pero las personas se organizan”, sostuvo Jimena y destacó: “La solidaridad, la empatía y el interés con el que actuaron muchísimas personas hicieron una cadena de solidaridad que hizo posible que la medicación para Nico llegue en un tiempo que no creíamos posible. Desde el papá que donó la medicación, la pediatra que se puso al hombro esto y no perdió las esperanzas, mi primo que estaba en el lugar justo y no dudó en dejar todo y llevarla, la gente de Aerolíneas Argentinas que lo hicieron fácil y sobre todo las chicas de VV que no abrieron una, sino MIL puertas”, cerró la joven.