Dos ministros del gabinete del presidente Alberto Fernández llegaron a Jujuy para visitar en su lugar de detención domiciliaria a la dirigente de la organización “Tupac Amaru”, Milagro Sala, y frente a la connotación de la reunión no se hizo esperar la reacción del principal denunciante de la exlegisladora, el gobernador Gerardo Morales, quien consideró “inaceptable que los funcionarios que representan a todos los argentinos defiendan delincuentes condenados por corrupción”. Los visitantes fueron el titular de la cartera del Interior, Eduardo de Pedro, y la ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, abogada defensora de Sala en diferentes procesos judiciales.
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La cuestión se ventiló en la red social Twitter, donde De Pedro dio cuenta este martes del encuentro junto a una foto en la que aparece junto a Gómez Alcorta y Sala, quien el domingo cumplió seis años de detención.
FUERTE CRUCE DE ACUSACIONES
En ese marco, a través de una serie de posteos el Ministro afirmó que “es necesario reconstruir una justicia que no persiga opositores y que garantice a las y los argentinos sus derechos, más allá de los poderes de turno”.
Para el funcionario, se trata de “un principio básico del sistema republicano y la convivencia democrática” y más abajo señala que “hace unos días vimos cómo se articulaban los servicios de inteligencia y la justicia para armar causas en PBA”.
En ese contexto De Pedro escribió también que “en 2020 se filtró un audio de (el exjuez Pablo) Baca, expresidente del TSJ de Jujuy, donde admitía que Milagro estaba presa sólo porque lo necesitaba el Gobierno” y citó una publicación del diario Perfil en el que se sostiene que los audios pertenecen a Baca, “quien dijo que los audios eran privados y fueron editados”, apuntó.
De inmediato la réplica a esas líneas provino del gobernador Morales, quien advirtió a De Pedro que “Ud. es Ministro de la Nación, no de una facción”, por lo que en esa condición le propuso “que visite a los miles de jujeños y jujeñas víctimas del sistema fascista de violencia, impunidad y corrupción que imperó por más de una década en Jujuy y fue liderado por Milagro Sala”, para tener un cuadro general de los hechos.
Pero más duro aún fue Morales al sostener como “inaceptable que los funcionarios que representan a todos los argentinos defiendan delincuentes condenados por corrupción en tribunales de distintas instancias y no respeten las sentencias del Poder Judicial”.
DÍAS DE ALTA TENSIÓN Y CORTOCIRCUITOS
Este episodio viene a sumarse a otros entredichos suscitados en los últimos días, como cuando el Gobernador objetó severamente la movilización convocada por fracciones del kirchnerismo para el 1 de febrero a fin de “echar” a los jueces de la Corte Suprema de la Nación y por lo cual demandó al presidente Fernández “frenar los ataques contra la Corte Suprema de Justicia”, entendiendo que esa convocatoria reviste “suma gravedad” para las instituciones y la República, puesto que cuenta con el aval del viceministro de Justicia de la Nación, Martín Mena.
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También expresó Morales su disgusto por el desaire del ministro de Economía, Martín Guzmán, que a pocas horas del compromiso canceló una reunión con dirigentes de la oposición para hablar de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional: “No quiere mostrar el ajuste que propondrá al FMI”, acusó.
Desde su cuenta de Twitter, el mandatario radical aseguró que “frente al preocupante endeudamiento del país, desde la oposición elegimos tener una actitud responsable, conscientes de lo que esto implica para el pueblo”, pero objetó que “lamentablemente, el Gobierno suspendió el diálogo”, cancelando el compromiso que había asumido Guzmán.