El martes último, cuando habló con los periodistas que esperaban el informe diario del Comité Operativo de Emergencia (COE), el gobernador Gerardo Morales puso de manifiesto su enojo ante la desatención expuesta por parte de sectores de la ciudadanía, que haciendo caso omiso a la recomendación de permancer en los domicilios para evitar una eventual propagación del nuevo coronavirus, poblaron las calles céntricas y los espacios públicos.
Desde el lunes pasado rige la suspensión de clases para todos los niveles educativos de la Provincia, a lo que adhirió el nivel universitario, y a partir del miércoles el Gobierno ordenó la paralización de la administración pública jujeña e impulsó la campaña "Quedate en casa", todo con el propósito de que la población se resguarde, más aún después que fuera confirmado un caso positivo de COVID-19 en Jujuy.
Sin embargo, la disminución de presencia de gente en las calles ha sido gradual, quizá en respuesta a la insistencia de los medios de comunicación, como también por efecto de la constante campaña de vía pública implementada mediante vehículos con equipos propaladores e incluso un móvil de la Policía Federal Argentina que hace lo propio, difundiendo mensajes para promover que la gente permanezca en sus hogares, además de que se observe las medidas básicas para el cuidado de la salud.
En lo que respecta al consumo, así como desde la semana anterior, por estos días se continúa observando que la conducta de la comunidad sigue siendo la de arrasar con los productos de limpieza y alimentación que son repuestos diariamente -según aseguró a Vía Jujuy un gerente de sucursal- en las góndolas de los supermercados, donde con dispar criterio y efectividad se dispuso medidas de prevención.
Lo mismo ocurre con la demanda de alcohol en gel y líquido, barbijos y guantes de látex en las farmacias, varias de las cuales han colocado en sus vidrieras el cartel "No hay alcohol en gel".
Así, mientras en algunas sucursales de supermercados se impone el ingreso restrigido de personas al local -lo que genera filas en las veredas- y se recurre al uso obligatorio de carritos como una herramienta para asegurar una distancia prudencial entre los compradores, en otros casos sólo fue posible verificar la existencia de carteles de dudosa efectividad entre sus clientes.
También en algunos locales de venta de electrodomésticos se pudo ver personas formando fila para ingresar a medida que iban saliendo otros clientes, lo que era controlado en las puertas de acceso por personal provisto de guantes y barbijo.
En este sentido, el equipo de la Dirección de Políticas Públicas de Juventud y Adolescencia, dependiente de la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, implementó un plan de acción para exhortar -megáfono en mano- a los clientes de supermercados, farmacias, ferias y bancos, a que cumplan con el distanciamiento social estipulado, esto es una distancia de 1,5 metro entre las personas.
También pudo comprobarse que, aunque con casi nula presencia de clientes, en otros comercios del microcentro que permenecían abiertos, los empleados estaban debidamente protegidos y tenían a disposición del público alcohol en gel para las manos, lo cual no se da en todos los casos, como indicó a Vía Jujuy el secretario general del Centro de Empleados de Comercio, Miguel Mamaní.
Cabe indicar que las sucursales bancarias tambien han adoptado medidas de prevención para la atención el público, mientras que empresas como EJESA, GASNOR y Agua Potable de Jujuy han suspendido la atención público, en tanto que el shopping de la calle Belgrano cerró sus puertas por el lapso de una semana.