Un nuevo caso de violencia contra la democracia se vivió este jueves en Pakistán después de que el ex primer ministro, Imran Khan, resulte herido de un tiroteo que dejó un muerto y nueve personas heridas, contando al político. El hecho ocurrió mientras continuaba una marcha contra la injerencia extranjera.
“Gracias a Dios Imran Khan está a salvo”, informó en Twitter Azhar Mashwani, un miembro destacado de su partido, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), quien aseguró que el hombre que realizó los disparos al paso de la marcha por Wazirabad ha sido “arrestado”.
El propio PTI confirmó esa información en redes sociales: “Imran Khan recibió un disparo en la pierna, pero estaba estable mientras lo llevaban al hospital”. El mensaje iba acompañado de un vídeo en el que se veía al exmandatario saludando a sus seguidores después del ataque mientras lo trasladaban a un vehículo.
El agente Nadeem Abbas, un oficial de policía que se encontraba de servicio durante la marcha, explicó que “en el ataque una persona murió y otras nueve resultaron heridas”. Además detalló que el atacante fue primero capturado por los partidarios de Khan y luego fue arrestado por la Policía.
Imágenes difundidas en las redes sociales muestran al atacante con un arma y cómo lo detienen los participantes de la marcha y lo comienzan a golpear hasta que los agentes le detienen.
Por qué intentaron matar al expresidente de Pakistán
El ex primer ministro había comenzado el pasado viernes una marcha desde la ciudad oriental de Lahore hasta Islamabad bajo el lema “haqeeqi azadi”(“verdadera libertad”), después de que su mandato llegara a su fin de manera prematura este año tras una moción de censura promovida por el actual Gobierno.
De acuerdo con Khan, la moción de censura que logró el pasado abril su destitución, promovida por una alianza de varios partidos liderada por la Liga Musulmana de Pakistán del actual primer ministro, Shehbaz Sharif, se confabuló con Estados Unidos.
El propio Sharif, en un mensaje en Twitter, condenó “de la manera más rotunda” el tiroteo contra Khan, y aseguró que había solicitado al Ministerio del Interior un informe inmediato sobre el incidente, al tiempo que rogó por la pronta recuperación del político.
Esta marcha estaba movilizando a miles de partidarios y, según Khan, no tenía motivaciones políticas ni personales, tampoco buscaba derrocar al Gobierno. Su objetivo era hacer que el país sea realmente independiente, sin injerencias extranjeras.
Khan sostiene que su destitución fue un castigo de Washington por una visita a Rusia celebrada en la misma jornada en la que Moscú comenzó su ofensiva en Ucrania.
El ex jugador de criquet devenido a político, que llegó al poder después de las elecciones generales de 2018, mantuvo buenas relaciones con el Ejército paquistaní, al que se le atribuye gran influencia en el Gobierno. Sin embargo, esa afinidad comenzó a deteriorarse en los últimos dos años, debido supuestamente a su nueva política exterior distanciada de EEUU.
Por otro lado, el político, que al principio del conflicto en Ucrania quiso presentarse como neutral en las relaciones de su país con los EEUU y Rusia, ha lamentado públicamente en varias ocasiones el coste que tuvo para Pakistán dar apoyo a Washington en la guerra en Afganistán.