En horas de la tarde de la jornada de ayer, la guardia de Bomberos Voluntarios de Puerto Iguazú recibió una denuncia de que a un nene se le habría quedado atorada la cabeza en un hueco de una pared de ladrillo en el barrio Iprodha.
Rápidamente se dirigió una dotación hasta el lugar, donde un grupo de bomberos trabajaba en el interior de la casa tratando de sacarlo, siendo dirigido el trabajo por el Cabo Burgos. Mientras, otro bombero desde afuera tranquilizaba al menor para que se mantenga quieto y no se ponga nervioso y se moviera.
El niño es retirado sin ningún tipo de lesiones visibles, pero igualmente es trasladado al Hospital de la ciudad, para recibir la atención correspondiente. El menor fue revisado en el hospital y dado de alta sin ningún tipo de lesiones.