Con el cierre total de la frontera decretado por el presidente ante la emergencia sanitaria por el coronavirus, Gendarmería Nacional procedió a la destrucción de pasarelas clandestinas por donde cruzaban del Paraguay a la Argentina.
Pero la situación real es que al poco tiempo del accionar de los Gendarmes, los pasos vuelven a ser reactivados con nuevos puentes o sencillamente con botes que van de costa a costa.
El gran riesgo que acarrea esta situación es que el coronavirus entra la semana que bien en su etapa más contagiosa y la frontera es uno de los lugares por donde los controles no son 100% efectivos.