El pasado miércoles por la mañana, Antonio Berndt, de 76 años, fue encontrado sin vida dentro de su hogar ubicado en el barrio San Alberto de Puerto Rico. Su cuerpo fue hallado en una posición inusual y perturbadora: con la cabeza dentro de una olla, el rostro calcinado, y el cuerpo rígido, apoyado en la encimera de la cocina.
Inicialmente, no se encontraron signos evidentes de violencia en la casa, pero el médico policía de turno solicitó una autopsia para esclarecer los hechos. Los resultados preliminares del examen forense revelaron que no hubo intervención de terceros en su muerte; en cambio, se estableció que Berndt había sufrido un infarto. Los investigadores además hallaron un trozo de carne atascado en su garganta, que posiblemente contribuyó a su colapso.
Este trágico suceso ha conmovido profundamente a la comunidad local. Según los informes, la alarma fue dada por una vecina que notó la ausencia inusual de Berndt en su rutina diaria. Después de contactar a la policía, los agentes, con la autorización de la vecina, entraron a su casa y encontraron el perturbador escenario.
El Juzgado de Instrucción Uno de Puerto Rico fue alertado y emitió una orden para investigar el caso. Los primeros indicios sugerían un posible infarto, ya que las manos de la víctima estaban tensas. Esto fue posteriormente confirmado por la autopsia, que sugiere que Berndt podría sufrir un trauma mientras comía, desencadenando un infarto y su caída sobre la cocina aún encendida.
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La tristeza y la conmoción se siente profundamente en el vecindario, que ya había enfrentado una tragedia en el mismo hogar. En 2019, el hijo de Antonio Berndt, Román Berndt, de 46 años, fue asesinado en la misma residencia.
Román, un estilista y propietario de una tienda de fotocopias en su hogar, fue brutalmente atacado y apuñalado en su vivienda. Fue trasladado al hospital local y luego al Hospital Samic de Eldorado, donde falleció debido a las graves heridas.
José Luis A., de 27 años, fue arrestado a tres kilómetros de la escena del crimen y se encontraron pruebas incriminatorias en una obra en construcción cercana.
Fuente: El Territorio