El Banco Central de la República Argentina (BCRA) se encuentra cerca de definir una nueva baja en la tasa de política monetaria, que mantendría el rendimiento de los plazos fijos por debajo de la inflación, profundizando la licuación de las tenencias de los ahorristas.
Esta posibilidad está en la agenda de los analistas financieros desde hace varios días, pero tomó fuerza en las últimas horas cuando el presidente, Javier Milei, reposteó una nota que sugería esta decisión.
La duda de los analistas es el momento en que el BCRA finalmente comunique una decisión que no se postergaría más allá de esta semana.
El directorio del organismo se reunirá el próximo jueves, un día antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de a conocer la variación de precios de marzo.
Las proyecciones privadas estiman que la inflación de marzo estará por debajo del 13,2% de febrero, mientras el ministro de Economía, Luis Caputo, la ubica cerca del 10%.
Actualmente la tasa de interés de política monetaria es de 80%, lo que implica que los bancos les ofrezcan a sus clientes depósitos al 70% anual. Esto significa que una colocación a 30 días reditúe entorno al 6% mensual, muy por debajo de la inflación.
Esta diferencia es lo que se conoce habitualmente como “licuación” de los depósitos de los ahorristas, que no es ni más ni menos que una continua pérdida del poder adquisitivo del dinero depositado en los bancos.
Frente a esta coyuntura una eventual baja de entre 10 y 15% puntos –a 65% a 70%- llevaría a que la tasa de interés para un depósito a 30 días se reduzca a un 5%. Si bien algunos analistas entienden que abril podría mostrar una inflación de un dígito, el rendimiento de esta inversión se ubicaría entre 3 y 4 puntos por debajo de la inflación.
Bajar la tasa de política monetaria de referencia implica además que se reduce la emisión de dinero para el pago de los pasivos remunerados del Banco Central –Pases a un día- que fueron los que reemplazaron a las Leliqs, mejorando el balance de la entidad.
Un informe de la consultora Wise Capital aventuró que el BCRA avanzará en una rebaja de tasa y sugirió que eso puede inferirse porque los bancos recortaron la tasa de interés de plazo fijo a menos de 71% anual y porque bajaron la tasa de los préstamos a 86%, desde un 128% previo.
En tanto, la consultora PPI consideró que “las expectativas devaluatorias continúan moderándose y alineándose con el crawling peg de 2% mensual”.
PPI explicó que “el mercado descuenta un ritmo de devaluación de 3,4% en abril, 4,1% en mayo y 5,4% en junio, cuando hace un mes atrás esperaba un crawling de 6,5%, 6,5% y 8,1%, respectivamente”.
La consultora afirmó que “estos recortes son consistentes con una nueva baja de tasas del BCRA, la cual se rumorea que podría realizarse en el cortísimo plazo. Una nueva baja de tasas implicaría que el equipo económico considera que la erosión de saldos reales debe extenderse, por lo que la eliminación del “cepo” podría extenderse más allá de lo esperado”.
Otro efecto que busca la reducción de la tasa de interés es apuntalar el precio del dólar, ya que muchos ahorristas prefieren sacar sus depósitos y pasarse a dólares ante la depresión de los rendimientos.
El valor de la divisa continuó perdiendo fuerza en la jornada de hoy. El blue se mantuvo por debajo de los $ 1.000, cerrando la cotización en $ 955 para la compra y $ 985 para la venta.
En tanto, el MEP cayó a $ 985,86 y el Contado con Liquidación retrocedió a $ 1.034.
Con otra buena oferta por parte del sector exportador, el Banco Central compró U$S 280 millones y acumuló en abril compras por U$S 1.312 millones. De todas maneras cabe recordar que este mes será exigente para las arcas del BCRA ya que deberá desembolsar unos U$S 2.000 millones para hacer frente a pagos con el FMI.
Flexibilizan importaciones
En la búsqueda de introducir competencia para forzar una baja en el precio de los bienes, el Gobierno flexibilizó el ingreso de productos textiles y electrodomésticos.
A partir de dos resoluciones, el Ministerio de Economía eliminó la obligatoriedad que tenía una lista de productos de “atravesar el “canal rojo normativo” de la Aduana, lo cual incrementaba los costos.
Cuando un despacho va a canal rojo el importador tiene que pagar inspección, costo portuario y demás tasas que hacían más oneroso su despacho.
“A partir de ahora la mercadería en cuestión quedará sometida a la verificación aleatoria que establece la Aduana para todo el universo arancelario”, explicó la Secretaría de Comercio, en un comunicado de prensa.
Según la Secretaría, la medida reduce en US$1.200 dólares el costo por contenedor, lo que representa un 2,5% del valor promedio de la mercadería despachada en una importación.