La quinta jornada del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona tuvo como protagonista a la agente inmobiliaria Andrea Flavia Penélope Jordan Camus, quien alquiló la casa en la que el astro del fútbol pasó sus últimos días. Su testimonio reveló detalles clave sobre las condiciones en las que vivía Maradona y derivó en un tenso cruce con el abogado Fernando Burlando.

Las exigencias de Maradona en sus viviendas: por qué las ventanas estaban tapadas
Jordan Camus, dueña de la inmobiliaria que gestionó la propiedad en el barrio San Andrés de Benavídez, explicó que Diego tenía requisitos muy específicos al momento de alquilar una casa. “Diego en todos los inmuebles que alquilaba pedía que le taparan los vidrios con un laminado o con blackout. Era un maniático de la temperatura, necesitaba un aire acondicionado full full. Nada de luz y todos los canales de fútbol”, detalló.

Asimismo, la testigo indicó que las ventanas de la casa estaban completamente tapadas porque Maradona era muy sensible a la luz. “No me consta dónde dormía, pero todas sus cosas las pusieron en la planta baja, en el playroom”, agregó.

Un tenso cruce con Burlando
Durante su testimonio, la testigo protagonizó un enfrentamiento con Fernando Burlando, abogado de Dalma y Gianinna Maradona. “Tendría que aclarar la verdad”, le reclamó el letrado, refiriéndose a las diferencias entre sus declaraciones previas y lo que afirmó ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro.

En su primera declaración ante el fiscal Cosme Iribarren en 2021, la testigo había asegurado que tuvo una videollamada con Diego y Gianinna antes de que se eligiera la casa de Benavídez. Sin embargo, en su testimonio ante el tribunal, aseguró que en realidad había hablado con Maximiliano Pomargo, cuñado de Matías Morla.
Ante las dudas generadas, las juezas del tribunal intervinieron para recordarle a Jordan Camus que debía decir la verdad bajo juramento. Finalmente, la testigo reconoció: “Me expresé mal”.

Sobre la casa donde murió Maradona
La casa del lote 45 del barrio privado San Andrés, de Tigre, era la vivienda permanente de Santiago Giorello y su familia.

En noviembre de 2020, la familia decidió alquilarla por cuestiones económicas. El primer inquilino fue Diego Armando Maradona.