Mundial de Qatar: el triunfo de Argentina enloqueció a los fanáticos que festejaron en el Obelisco

Luego de clasificar a octavos de final, una buena cantidad de personas se dio cita en el icónico lugar. La ilusión sigue intacta.

Mundial de Qatar: el triunfo de Argentina enloqueció a los fanáticos que festejaron en el Obelisco
El pase a octavos se celebró en Buenos Aires.

Lejos del mensaje de mesura y cautela que quiere transmitir el técnico de la Selección Argentina, Lionel Scaloni, lo cierto es que el triunfo del combinado nacional frente a Polonia en el Mundial de Qatar este miércoles renovó las esperanzas y los sueños de alcanzar el anhelado título. Por lo que el escenario fue ideal para que un nutrido grupo de hinchas se diera cita en el Obelisco para celebrar este importante paso.

Ya el triunfo ante México le había dado tranquilidad tanto al equipo como a los hinchas, que también se animaron a celebrar en el icónico monumento porteño el pasado sábado. Pero el resultado de la tercera fecha de grupo era definitorio, a todo a nada.

El festejo en el Obelisco
El festejo en el Obelisco

Finalmente, la contundente victoria por 2-0 con goles de Alexis Mac Allister y Julián Álvarez y la excelente actuación de Lionel Messi, incluso habiendo malogrado un penal, le dio el aire que necesitaba la Selección para encaminarse en el torneo.

Con este resultado, los de Scaloni lideran el Grupo C, con seis puntos, y enfrentarán a Australia el próximo sábado a las 16 horas por los octavos de final.

Todo esto, los más fanáticos lo sabían esta tarde, cuando no bien terminó el partido comenzaron a llegar a la Plaza de la República. El pase a la siguiente fase fue motivo de festejo para muchos, teniendo en cuenta el comienzo con el pie izquierdo de la Selección en el Mundial.

Grandes y chicos vestidos con las camisetas albicelestes, flameando la bandera nacional y entonando desde los cantos más populares hasta los novedosos que surgen con cada certamen, celebraron el presente de La Scaloneta.

Como otras veces, este partido de grupos se vivió como una final. La pasión no se pudo disimular en muchos casos, como tampoco el desahogo. Y la ilusión, hay que decirlo, está más viva que nunca.