La tragedia de Indonesia donde 131 personas murieron el último sábado poco a poco empieza a esclarecerse. Al final del encuentro entre Arema Fc y Persebaya Surabaya, una invasión del campo de juego provocó una escalada de violencia.
La apertura de los portones del estadio de Kanjuruhan se demoró en medio de los incidentes y muchos hinchas fallecieron aplastados. La federación nacional suspendió de por vida al director ejecutivo y al coordinador de seguridad del club que fue local (Arema FC) por no evitar la invasión de la cancha y no abrir inmediatamente las puertas.
Erwin Tobing, jefe de la comisión disciplinaria de la federación de Indonesia, señaló que “los portones debieron estar abiertos, pero estaban cerrados”.
Ahmad Riyadh, portavoz de la federación, comentó que mientras los espectadores intentaban escapar del gas lacrimógeno, algunos empleados acudían a las puertas para abrirlas, pero no eran suficientes para todas.
Además, agregó que los mismos debían estar abiertos 10 minutos antes del final del partido. El mismo ya había terminado y casi 10 minutos después los accesos continuaban cerrados. La policía negó estas versiones y especificó que eran “demasiado estrechas” y solo permitían salir de a dos personas a la vez.
Sin embargo, al abrirse todas las tablas juntas, se conformaba un portón más grande en donde más espectadores hubieran podido huir. En seis de los 14 portones se produjeron la mayoría de las muertes producto de la estampida.
Por qué la policía está señalada por lo ocurrido
Solo había hinchas locales en el encuentro entre Arema FC y Persebaya Surabaya, ya que la rivalidad podía generar violencia en cualquier momento. A pesar de esto, los fanáticos locales se hicieron sentir saltando al campo de juego y enfrentando a la policía.
Los oficiales usaron gas lacrimógeno, algo no recomendado por la FIFA para este tipo de incidentes. La fuerza anunció que habrían despedido a un jefe y nueve oficiales, además de investigar a otros 18 efectivos por el uso indebido del gas.
Una vez lanzados, los hinchas se desesperaron e intentaron escapar del estadio. La mayoría de los decesos fueron producto de asfixia y aplastamiento.