La Guerra de Malvinas dejó un legado que ya trasciende generaciones. A pesar de que este año se cumplen y conmemoran 40 años del conflicto armado con las tropas de Inglaterra, la reivindicación de los soldados que combatieron para recuperar las Islas está más latente que nunca. En primera persona, Ernesto cuenta cómo vivió la guerra en la que resultó herido y prisionero de los ingleses.
Para eso, Vía País habló con Ernesto Orlando Peluffo, soldado que combatió en Malvinas hasta que fue herido y, posteriormente, capturado por las tropas británicas. Un recorrido por su vida militar, hasta el momento en el que se enteró de la rendición de Argentina para un “cese al fuego”, un 14 de junio, pero 40 años atrás.
Oriundo de Corrientes, se egresó en abril de 1982 del Colegio Militar de la Nación para prepararse e ir a la guerra. “Me tocó venir al regimiento de infantería 12, que estaba en Mercedes. Estuve en mi provincia y estuvo cerca de mis padres que pudieron venir a despedirse”, comentó.
Sin embargo, uno de los momentos más impresionantes que le tocó vivir en la guerra, fue cuando llegó a las Islas Malvinas. “Cuando nosotros llegamos cruzamos en aviones de Aerolíneas, que no tenían los asientos, nos sentábamos en el plano con los brazos cruzados. Fue muy emocionante que cuando llegamos el 25 de la noche muchos pegaron gritos sapucai o de que ‘viva la patria’, algunos se arrodillaban y besaban el suelo de las islas. Había mucha emoción”, describió.
El comienzo de los ataques británicos y la resistencia argentina para defender las Islas Malvinas
“A partir del 1° de mayo, nosotros recibimos ataques aéreos, después en forma esporádica empezamos a recibir bombardeos de la artillería naval que investigaba sobre las posiciones haciendo actividad también. El 25 de mayo, ese día nos bombardearon que no podíamos salir de los pozos. Eso era muy angustiante porque uno no sabía dónde iban a caer los proyectiles de artillerías, pero después de un tiempo uno ya se hacía más baqueano: escuchaba las trayectorias del proyectil y por el silbido de la caída, sabía dónde iba a caer más cerca o más lejos”, relata Peluffo.
Los enfrentamientos con los ingleses fueron “desgastantes”, ya que se necesitaba “mucha resistencia física para superar esa exigencia”, de acuerdo a lo que cuenta Ernesto mientras recuerda los momentos en el campo de batalla.
“Con el bloqueo inglés tuvimos que racionar la comida y empezamos a comer una vez por día a partir del 1° de mayo para cuidar los víveres. Ese es el mérito del soldado argentino, a pesar de haber tenido todo en contra, no haber recibido todos los apoyos, todos los vehículos, un buen racionamiento, igual combativo y le causó grandes bajas al enemigo”, remarcó.
El encuentro con las tropas británicas y una bala que casi lo mata
“El 28 de mayo fue el combate nuestro contra el segundo batallón de paracaidistas reales, que llegamos hasta las distancias cortas a tirarnos a 50 a 60, 100 metros de distancia, no llegamos al combate cuerpo a cuerpo, pero sí llegamos al combate cercano a las instancias cortas. Fue uno de los pocos combates diurnos de Malvinas, el combate de Darwin, entre aproximadamente las 8 de la mañana de las 12 del mediodía”, contó.
Y añadió: “Entre la sección mía y la sección de Estevez, que estaba en la retaguardia de nuestras posiciones, tuvimos 13 muertos y más de 20 heridos. Yo fui herido, por un tiro en la cabeza y una esquirla de mortero en la pierna. El tiro pegó en el casco y me sacó la punta de la oreja al lado derecho”.
Herido, su posición cayó y fueron capturados por los ingleses
Una vez que recibió una herida en la cabeza, conmocionado, recibió la ayuda de un soldado: “Me hizo un surco en el cuero cabelludo y me sacó la punta de la oreja, entonces me tranquilizó, me puso un paquete de ventas y me cubrió con un par de mantas”, expresó.
Pero no tendría tranquilidad, uno de los momentos más tensos que le tocó vivir a Peluffo fue luego de este incidente: las tropas británicas lo tomaron como prisionero. “Me llevan a San Carlos, a un hospital de campañas británico y me hacen una intervención en mis heridas. De ahí, nos llevan a un Cruz Roja Uganda que estaba en el estrecho San Carlos y ese barco a los cinco días llevan al barco Bahía Paraíso, que eran rompehielos que tenía la armada argentina”, contó.
Y agregó: “Nos llevan al continente en Bahía Blanca. Allí vimos, el 14 de junio día de la rendición, a todos los heridos, muchos heridos, que estábamos en el continente ya. Escuchamos los comunicados y después cantamos el himno, mientras se nos escapaba alguna lágrima. Teníamos tristeza y un poco de desilusión por no haber podido ganar la guerra”.
El reclamo para la Junta Militar y el agradecimiento al pueblo argentino a los héroes de Malvinas
Una de las deudas que manifiestan los veteranos de guerra es a los integrantes de la Junta Militar y quienes estuvieron a cargo de la organización del combate de Malvinas. “Nuestros generales, nuestros jefes, no estuvieron a la altura de las circunstancias, no dieron el ejemplo”, reclamó Peluffo.
“Improvisaron mucho, no planificaron bien las cosas, no vieron ni apreciaron el conociendo que los británicos tenían. Era una estrategia de aproximación indirecta que estudiábamos nosotros en el Colegio Militar”, señaló.
“No atacaron frontalmente en Puerto Argentino, atacaron por San Carlos y obligaron a reestructurar toda la defensa y ellos no vieron eso, no se dieron cuenta. No hicieron las previsiones logísticas correspondientes por una guerra improvisada, imprevista, pero lo que sí estaba bien planificado fue la Operación Rosario pero después las Fuerzas Armadas argentinas respondían a la iniciativa británica porque en realidad se pensaba que se iba a salir del conflicto de una manera negociada, diplomática y eso nunca pasó”, explicó.
Por último, cerró: “Hoy podemos decir que si para algo sirvió la guerra, fue para contar 150 años a partir de 14 de junio de 1982 otra vez y para seguir reclamando la soberanía de Malvinas porque es un territorio en disputa. Malvinas hoy es la primera causa nacional. Cuando se levantan las banderas de Malvinas, independientemente del lugar de nacimiento, religión, raza o partido político, toda la Argentina se en columna detrás”.
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