El local “Ver gotas” generó furor en Córdoba al momento de inaugurar, al preparar waffles en forma de penes. Pero, siete meses después de su apertura, el negocio fue asaltado y dejaron a los dueños casi sin nada. Sin embargo, el apoyo y cariño de sus clientes les permitieron continuar.
Tamara es una de las dueñas del local ubicado en Duarte Quirós 241, quien contó a Vía Córdoba que el robo ocurrió el pasado sábado 13 de febrero. “Cerramos el viernes a las 23, y una hora y media después fueron en un auto Renault 12 rojo -según una testigo- y nos robaron”, cuenta.
Los presuntos tres ladrones se llevaron electrodomésticos para la elaboración de los waffles, la caja registradora, dos computadoras, y otros elementos. La joven recuerda: “Al otro día, abrimos el local temprano, y me encontré con las puertas del local abiertas y todo adentro revuelto”.
La impotencia y el dolor que sentían no les impidió seguir trabajando y después de denunciar el robo, abrieron el local para seguir. “Comenzamos a hacer las cosas a mano, porque cerrar un día era devastador para el negocio”, comenta.
La solidaridad de los clientes
Después del hecho, acudió a las redes sociales para contar lo ocurrido. “Anoche entraron a robar a VerGotas, un espacio lleno de amor que construimos con mi hermano, pusimos toda la energía en eso y ahora no nos queda nada, sólo dejaron las maquinas, les pido por favor que compren, que me ayuden porque no doy más”, publicó Tamara en ese momento.
El mensaje generó el apoyo de sus seguidores, que comenzaron a preguntar cómo podían ayudar. “Venía de una crisis nerviosa después de todo lo sucedido, y solo pensé en como sacar a flote todo de nuevo. Postié en Instagram y Twitter, y empecé a recibir muchísimos mensajes hermosos y alentadores de gente que no conozco, e inmediatamente, al otro día, la gente ya estaba haciendo cola para comprar. Estaba muy feliz, no lo podía creer”, relata.
“Por suerte la gente reaccionó muy bien, y el local estuvo lleno toda la semana”, expresa con alegría la joven emprendedora. La ayuda también llegó en forma de electrodomésticos, de gente amiga que se acercó y donó algunas pertenencias, que les permitieron a los chicos continuar con su sueño.