Después de 30 años, una mujer pudo denunciar las atrocidades que vivió de niña en la localidad de Sampacho. La mujer aseguró que tenía 11 años cuando el cura párroco de la localidad de Sampacho, abusó sexualmente de ella.
Se trata del religioso Héctor Pinamonti, quien el 3 de febrero de 2021 fue apartado de su cargo, tras la resolución del obispo de la Diócesis de la Concepción de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona. En ese momento, lo encontraron culpable de reiterados abusos sexuales en perjuicio de una niña.
Pinamonti fue sometido a un juicio canónico del mismo obispado, según lo establece el Derecho Canónico de la Iglesia Católica, que lo halló culpable de este hecho en perjuicio de una menor, desde los 8 hasta los 12 años. Estos hechos ocurrieron hace más de 20 años, según publicó IR Noticias Centro.
Sin embargo, este jueves se suma la denuncia de una nueva mujer que asegura que cuando ella era niña fue violada por este hombre. En ese momento, en la década del 90, Pinamonti era párroco del Santuario Nuestra Señora de la Consolata, la parroquia más importante de la localidad.
El relato del horror
“Me violó cuando era una niña. Hicimos la denuncia tras el hecho, pero solo lo trasladaron a Achiras. Cuento mi historia de violación para que otras personas que hayan pasado por este cura pedófilo se animen a hablar. Yo viví una vida desgraciada y mis hijos pagaron por eso”, dijo la mujer a Radio Libertad 97.9.
La mujer recordó que a sus 11 años se encontraba trabajando en la casa de sus patrones, que estaban de vacaciones, cuando el cura entró a la vivienda. “Cuando termino todo y me quiero ir, encuentro la puerta con llave. El cura me tomó con fuerza, me empezó a besar, me tocaba, me bajó la bombacha y me violó”, recuerda la víctima.
Asegura que volvió a su hogar con las piernas manchadas de sangre, y tras la asistencia de su mamá, fueron a denunciar el hecho. “Fuimos a la Policía donde hicieron la denuncia por violación. Después me enteré que nunca estuvo preso, que lo llevaron a Achiras. Eso es todo lo que hicieron”, contó.
Tras la situación, la familia debió mudarse ya que el pueblo descreía de la historia. “Éramos pobres, vulnerables. No podía hacer más nada porque era el señor cura del pueblo”, expuso.
Finalmente, expresó que la decisión de contarlo es para animar a denunciar a quienes fueron víctimas del religioso. “Hay curas que son muy buenos, pero para mí la Iglesia es el horror, a mí me arruinó la vida para siempre”, sentenció.