El pasado lunes 23, encontraron sin vida a Ricardo Daniel Carías, más conocido como La Tota Santillán. La autopsia determinó que se trató de una autodeterminación. A dos días del deceso, la familia del productor cumplió su último deseo que lo unirá para siempre con Rodrigo Bueno.
Santillán fue encontrado en su casa de barrio Castelar, en la provincia de Buenos Aires, con quemaduras en su cuerpo. A su alrededor, había una botella de líquido inflamable y fósforos. Los estudios post mortem determinaron que se trató de una autodeterminación.
LA FAMILIA DE LA TOTA SANTILLÁN CUMPLIÓ SU ÚLTIMO DESEO
A dos días de la muerte, la familia de la Tota Santillán cumplió el último deseo del exconductor de Pasión de Sábado. Su cuerpo fue enterrado en el Cementerio Las Praderas, en Esteban Echeverría, al lado del de su amigo, Rodrigo “El Potro” Bueno.
En los 2000, cuando murió el ídolo cuartetero, Santillán había expresado sus deseos de ser enterrado junto a su amigo. Es que, ambos forjaron una intensa relación de amistad que los unía también en el escenario.
Según señalaron los medios, una vez que se confirmó la muerte de Santillán, su hermano Horacio inició las gestiones para cumplirle su voluntad. Así, los restos del presentador fueron trasladados desde la cochería Morón, en la ciudad homónima, en donde se llevó a cabo el velorio en la noche del lunes.
LA “TOTA SANTILLÁN” Y LA RELACIÓN CON “EL POTRO” RODRIGO
Ro, Ro, Ro, Ro, Rodrigo, ¡carajo!”, esa icónica presentación estuvo a cargo de la Tota Santillán y representaba la amistad que tenía el productor con El Potro Rodrigo. La frase quedó inmortalizada en el prólogo de “Yerba Mala”, el primer corte de “A 2000″.
En una de sus apariciones televisivas, Santillán se refirió a la trágica muerte del cordobés y reconoció: “No solo lo extraño mucho, sino que lo necesito. Ojalá hubiera conocido a mis hijas. Su hijo Ramiro Bueno es un ejemplo. Fue un gran amigo, un gran consejero. Siempre le hizo caso a lo que me decía. Las personas que extraño son él y, principalmente, a mi vieja”.
“Llevo tatuada su bondad, su sonrisa y su profesionalismo”, completó en una época en que protagonizaba una obra teatral en Mar del Plata. Mientras que, en otra nota, reconoció lo importante que fue Bueno en su vida: “Cuando se acabó Rodrigo yo seguía trabajando, pero perdí un amigo. Me costó muchísimo superarlo, yo tenía 35 años”.