A Mildred Elena Boasi, a su esposo y a sus nueve hijos (cinco varones y tres mujeres), no les gustaba el fútbol. Pasó una vida, 78 años, sin saber lo que era ver un partido en un estadio. Desde hace 5 años se le despertó la pasión por Belgrano, contagiada por su nieto Matías, y cuando sufrió un ACV, en 2019. Se aferró al Pirata como estímulo y motivación.
Por eso comenzó a escuchar los partidos por la radio, primero en el centro de rehabilitación y ahora en una residencia donde prosigue con el tratamiento. Y le hizo un pedido muy especial a su hija Paula: “Quiero ir a al cancha”.
Le cumplieron el deseo, el club de Alberdi cursó la invitación para el encuentro con Vélez por Liga Profesional, y fue enfundada en la camiseta Celeste que había pedido como regalo de Navidad y en el gorro obsequio de su nieto.
UNA ALEGRÍA GIGANTE, VER A BELGRANO EN LA CANCHA
Paula, una de las hijas de Mildred, revivió el momento. “Cuando le conté que íbamos a ir fue una locura. Mis hermanos no lo podían creer, ‘¿qué hace mamá en la cancha?’ me decían, porque a ninguno le gusta el fútbol”.
“Todo fue muy grato, la forma en que nos recibieron, en un lugar inclusivo porque mi mamá se debe desplazar en silla de ruedas. La gente fue muy cálida, y salió todo espectacular. Además estábamos cerca de la popular, y escuchaba los cánticos y los bombos, a ella que le gusta tanto, porque formaba parte como tamborilera en Fuerza Mayor, una agrupación de la tercera edad”, enumeró la hija.
Y destacó: “Apenas llegamos al estadio, a las 14, dijo que Belgrano ganaba 2-0″. Mildred siente adoración por Pablo Vegetti, queriá conocerlo y por eso Paula y su hijo Matías la llevaron hasta el predio de Villa Esquiú.
“Ahora me pidió que la hagamos socia, y estamos en esas gestiones. Y Matías, que va a la Cuellar Alta y se hizo hincha de Belgrano por su papá Martín, también está entusiasmado de volver a ir a la cancha con su abuela”, añadió Paula.
BELGRANO Y EL OTRO DESEO CUMPLIDO A LA ABUELA “CELESTE”
“En plena recuperación del ACV, mi mamá me dijo que quería ir a la cancha porque nunca lo había hecho. Se tomaba el pecho y me decía que sentía que le hacía falta. El ACV la consumió. Era una mujer activa, que hizo de todo, y de cerca de 100 kilos. Ahora pesa 40. El fútbol le devolvió parte de las ganas de vivir”, resaltó Paula sobre Mildred, cuyo nombre es de raíz inglesa.
No era el único deseo. “También quería ir por primera vez a una carrera de caballos, otra de las cosas que le faltaba en la vida. Hice las gestiones y el 25 de Mayo pasado estuvimos en el Hipódromo del Jockey Club. Otra experiencia hermosa”, aseguró la hija de Mildred, la abuela que se volvió “Celeste” a los 78.