En un contexto marcado por una marcada brecha digital entre las generaciones, una movida diferente con un fin solidario se dio en una escuela de Córdoba: adultos mayores le enseñan a tejer a adolescentes.
Cómo inició la propuesta para poner “las manos al servicio” en Córdoba
Todo comenzó cuando Andrea Bobillo, trabajadora social de un centro de jubilados, se contactó con un profesor de la Escuela El Salvador de barrio Poeta Lugones, al norte de la ciudad de Córdoba.
La mujer vio que una gran cantidad de personas de tercera edad se reunían cada fin de semana para hilvanar hilos. En ese contexto, se le ocurrió y le “pareció hermoso”, según sus palabras a El Doce, reunir ambas generaciones.
“¿Qué te parece si llevo a las mujeres para que tejan junto a niños y niñas?”, preguntó Andrea. Con dudas, produjeron el primer encuentro con los alumnos de tercer año, quienes quedaron fascinados.
La repercusión fue tal que los chicos y las chicas de tercer año llamaron a sus abuelos y abuelas para que se anoten en el centro de jubilados. Ahora, cada jueves, el aula está repleta de personas que elaboran polainas, calienta corazones y cuellitos para donar a quienes más lo necesitan.
“Esto es poner las manos al servicio de la acción”, aseveraron desde la entidad ubicada en la calle Romulo Carbia al 2.757.