El segundo gol de Racing de Avellaneda, en el estadio Mario Alberto Kempes, ante Talleres, también fue como consecuencia de un error del fondo del local, que vive una de sus peores noches en el torneo.
Lo cierto es que Licha López apeló al oficio, le ganó el mano a mano a un defensor del Albiazul en una contra hecha con maestría, tocó para Cristaldo y a Herrera no le quedó otra que hacerle penal.
El delantero lo transformó en gol cambiando el palo al arquero.