Por Natalia Lazzarini
El año pasado en Córdoba fallecieron 494 niños menores de un año, según datos difundidos ayer por el Ministerio de Salud provincial. El indicador –clave para medir la calidad de un sistema sanitario– se ubicó en 8,8 por ciento por cada mil nacidos vivos, lo que representa un leve aumento de medio punto en comparación con el año anterior.
En tanto, la mortalidad materna se mantuvo en 2,7 por cada 10 mil nacidos vivos.
El índice que determina la cantidad de defunciones en embarazadas y puérperas registró una cifra similar a la del 2015. Según los reportes oficiales, murieron 15 mamás, una de ellas por VIH y tres por causa de la neumonía.
¿De qué mueren los niños? El 70 por ciento de los pequeños no había cumplido un mes. Y el 61 por ciento nació antes de término. Las tres primeras causas fueron neonatales, es decir, en niños de menos de 28 días: dificultad respiratoria del recién nacido (65 casos), prematurez y bajo peso (45) e infección bacteriana después del parto (32).
“Los nacimientos prematuros y el bajo peso siguen siendo una causa de muerte importante en todo el mundo. Hay un gran grupo de niños que fallece y no se conocen exactamente las causas”, indicó Marcela Yanover, titular de Maternidad e Infancia.
Las malformaciones congénitas se ubicaron entre la cuarta y quinta causa de muerte infantil, aunque el año pasado se lograron reducir las muertes cardíacas.
En 2016, la tasa de mortalidad infantil fue del 8,8 mientras que el año anterior había sido del 8,3. No se alcanzó esta vez la meta del milenio fijada por la Organización Mundial de la Salud, que sugiere que este índice no debe superar el 8,5.
La mayoría de los niños fallece antes de los 28 días y este es un núcleo difícil de bajar. Sin embargo, un dato relevante llamó la atención en 2016: un incremento en fallecimientos postneonatales (entre los 28 días y un año de vida). El índice pasó de 2,3 a 2,7 y autoridades sanitarias lo atribuyeron al brote de infecciones respiratorias agudas (Irab). Como se recordará, el año pasado la epidemia se anticipó, colapsó los hospitales y circularon virus más agresivos, con la gripe A (H1N1).
“Si bien reforzamos los hospitales con equipos y camas, el brote fue tan duro que un número importante de niños falleció”, indicó Yanover. El Ministerio no pudo precisar cuántos pequeños murieron por causa de Irab, pero reconoció que la cifra superó a la del 2015.
En las mamás. La tasa de mortalidad materna –que mide los fallecimientos de embarazadas y puérperas de hasta 42 días posteriores al parto– se mantuvo en 2,7 por 10 mil nacidos vivos, una cifra igual a la del 2015. A excepción del 2014, fue la tasa más alta desde 2011, cuando se registró un 1,7.
El ministro de Salud provincial, Francisco Fortuna, aclaró que en los últimos años mejoró la búsqueda activa de muertes maternas. La superación del anterior subregistro puede impactar en el aumento de la cifra final. En números absolutos fueron 15 mujeres.
En cuanto a las causas, el 53 por ciento fueron directas, es decir, relacionadas con el parto. Sumadas con las indirectas se distribuyeron de esta manera: hemorragias (cuatro), neumonías (3 en consonancia con el brote de respiratorias), infección urinaria (dos), eclampsia, consecuencia de la hipertensión arterial (dos), tromboembolia (uno), embolia de líquido amniótico (uno), aborto por embarazo ectópico, es decir, no provocado (uno) y muerte por VIH (uno).
En detalle
* Las muertes infantiles aumentaron en el interior, al pasar de 286 a 319. En cambio, bajaron en capital de 197 a 175.
* En el sector público se registraron más muertes de niños (57 por ciento), mientras que los privados superaron en decesos maternos (47 por ciento).
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