Hace rato que no necesita ningún tipo de presentación. Abel Pintos fue construyendo una carrera con propia voz. No sólo con el poder que tiene la manera en la que canta. Sino también por la sensibilidad que desparrama con las letras de sus canciones.
Este sábado y domingo, el cantautor se presentará con su show en Orfeo Superdomo. Para esta noche, a casa llena. Para mañana, quedan pocas entradas disponibles. Un fiel reflejo de la popularidad de un artista que, a la vez, es profundo.
"Me siento muy afortunado porque puedo dedicarme todos los días de mi vida a hacer lo único que quiero hacer. Es un privilegio el cariño y el respeto que recibo por lo que hago", le contó a Día a Día recientemente, cuando le dio vida a un hermoso Facebook Live.
A PLENO. Con 33 años de vida y 22 de trayectoria, llega para hacer rodar su disco 11, que promete repasar de principio a final. Pero también con una larga lista de canciones de toda su carrera. Un combo imperdible: "Calculo más de dos horas de show por noche", adelantó.
Más allá de su calidad vocal, también se consolidó como autor. “Es un momento maravilloso para mí cuando escribo una canción. Y luego necesito ofrecerla para compartir lo que me pasa como ser humano y que, después, cada uno pueda usarla como quiera”.
Además, recordó cómo inició este proceso: "Empecé a escribir literalmente de un segundo a otro. Mi ídolo de la música es Mercedes Sosa, que hizo una carrera de 50 años y nunca escribió una canción. Pero las interpretaba de una manera tal que esa canción se convertía en una de Mercedes Sosa. A los 18, en un momento de mucha introspección y de estar entrando en contacto con dimensiones que no consideraba, me encontré escribiendo Sueño dorado, en 15 minutos. Y me di cuenta que había sucedido algo muy importante en mi vida. Fue liberador y empecé a concebir a la música y la vida desde un lugar muy distinto".
Durante la entrevista, repasó diversos aspectos de su vida, como recordar que, cuando era niño, escuchaba a Copani, Perales, Roberto Carlos y Mercedes Sosa. También que todos los años lee el libro Mi planta de naranja lima.
Para cerrar, le mostramos algunas imágenes de Raúl Lavié, León Gieco, Víctor Heredia, Mercedes Sosa, Gustavo Cerati y Soledad, sobre las que vertió sentidas definiciones. Y también una foto de él mismo, cuando debutó en Cosquín, en la edición 1998. Al respecto, le pedimos que le dijera algo a ese pibe: “Que se quede tranquilo, que va a estar buenísimo”.