El tráfico de animales autóctonos es uno de los grandes males mundiales, pero de los que poco se habla sobre sus consecuencias. Es el tercero en importancia en todo el planeta luego del de drogas y armas. Por eso, en lugares con flora y fauna tan diversa como las regiones de Córdoba, la actividad ilegal en ese sentido se incrementa no sólo por la depredación de su ambiente, sino también por ser un lugar de paso rumbo a otras provincias.
Y los datos son contundentes: en lo que va de este 2017, la Policía Ambiental de la Provincia secuestró un total de 777 aves silvestres que eran transportadas de manera ilegal para su comercialización dentro y fuera del territorio nacional.
En la mayoría de los casos, los pájaros pudieron ser devueltos a la naturaleza, incluso se trasladaron a otras provincias cuando no se trata de especies autóctonas; en otras situaciones las aves mueren en el camino debido a las malas condiciones en las que se las encuentran.
La dependencia comenzó este año a reforzar sus controles y acciones de concientización, obteniendo los resultados antes mencionados.
La situación es aún más grave si se tiene en cuenta que la cifra representa sólo la cantidad de aves, y se excluyeron otros animales cuya captura y comercialización está prohibida.
"También hemos realizado rescates de osos meleros, zorros, pumas, monos, entre otros ejemplares de fauna silvestre", señaló el titular de la Policía Ambiental, Federico Rinaudo.
En el hecho más resonante de los últimos días, ocurrido en Villa María, los efectivos de la fuerza rescataron 130 pájaros transportados ilegalmente en la baulera de un colectivo que se dirigía hacia la ciudad bonaerense de La Plata.
Especies. Las especies más comunes que suele encontrar en este tipo de operativos son: reinamoras, vira vira, piquito de oro, cardenales comunes y amarillos, semilleros, jilgueros, corbatitas, naranjeros, mixto, brasita de fuego y soldaditos.