Con el efecto Tequila y la debacle de la banca pública, 1995 no fue un buen año para Angeloz. Gobernaba por tercer mandato consecutivo luego de haber forzado la interpretación de la Constitución y la economía no florecía.
Para peor, las relaciones con la Nación eran malas (especialmente con Domingo Cavallo) y había problemas para pagar los sueldos.
El desenlace fue un desastre que finalizó con la quema de la Casa Radical el 23 de junio de ese año. Dos semanas después, Angeloz renunciaba y le dejaba el cargo al ya electo Ramón Mestre.
Un mes después, el gremio bancario lo denunció por presunto enriquecimiento ilícito y comenzó un juicio penal por el que fue suspendido como senador nacional para que el proceso siguiera. Pasaron dos años y, en fallo unánime, la Justicia lo declaró inocente.
Pocos días antes del triunfo de Mestre, asesinaron al ex senador radical Regino Maders, quien había denunciado supuestos ilícitos en la empresa provincial de energía (Epec). Ese crimen, causa en la que Angeloz declaró, lo persiguió durante mucho tiempo.