La historia del fútbol argentino y mundial tiene un lugar reservado en una de sus paredes, encuadrado y en un espacio destacado, a la figura del cordobés Mario Alberto Kempes, que hasta tiene un estadio con su nombre aún estando entre nosotros.
El Matador no sólo fue una figura internacional en los equipos donde estuvo sino que además fue el gran artífice y goleador de aquella Selección Argentina que se consagró campeona del mundo de fútbol por primera vez en el año 1978.
Pero, la alegría que se generó ese día y la invasión que hubo en el campo en los festejos no le permitieron a Mario Kempes algo impensado: tener en sus manos la Copa del Mundo. No llegó a tocarla.
42 años después, el cordobés viajó al museo de la FIFA en Zurich y pidió permiso para estar con el trofeo.
Esta vez la tuvo en sus manos, la abrazó y la beso.
El propio Kempes compartió varias fotos del momento especial en su cuenta de Instagram y así lo describió:
"Llego el día que después de 42 años finalmente pude tenerla en mis manos. Cuando ganamos el mundial no la pude tocar. Gracias a FIFA por permitirme estar con ella un rato, la emoción, los latidos del corazón al acercarme a ella no se los puedo transmitir con palabras, volvieron a mi memoria todas las imágenes de aquella gran final donde nos coronamos campeones del Mundial 1978".