Tras la trágica muerte de la querida actriz y modelo Silvina Luna debido a una insuficiencia renal e hipercalcemia vinculada a una intervención estética realizada por el controvertido cirujano Aníbal Lotocki, el escándalo médico sacude los cimientos de la comunidad artística y médica en Argentina. Numerosas expacientes del médico han roto su silencio y se han unido para exigir respuestas y justicia, desatando una tormenta mediática que tiene al país en vilo.
Una de las voces más valientes que se ha alzado en este oscuro episodio es la actriz y vedette que Nerina Sist, quien actualmente reside en Carlos Paz. Angustiada por lo ocurrido, rompió el silencio y compartió su tremenda experiencia con Lotocki y reveló detalles escalofriantes sobre el procedimiento al que fue sometida en 2018, pocos meses después de que Silvina Luna hiciera sus denuncias públicas.
“Siento que fueron dos balas -primero por Mariano Caprarola, que era mi amigo, y ahora por Silvina- que me pasó cerca del cuerpo. Estoy con mucho miedo y es lo que nos pasa a todas”, confesó Sist con lágrimas en los ojos. , describiendo el temor compartido por todas las víctimas de Lotocki.
LOTOCKI: UN PROCEDIMIENTO MÉDICO IMPROVISADO Y DUDAS DESDE EL PRIMER MOMENTO
La actriz describió el procedimiento como “extraño” desde el principio y reveló que sufrió complicaciones graves durante la operación, llegando a desmayarse en varias ocasiones. “Es un consultorio en Belgrano. El anestesista terminó siendo él porque la chica que estaba no sabía qué hacer”, explicó ante la prensa.
Nerina Sist también destacó que llevó a un amigo de la Cruz Roja a la intervención, pues tenía un presentimiento. Su amigo confirmó sus peores temores al decir: “Menos mal que estuve yo porque cuando vos te desmayaste no sabían qué hacer, estaban pálidas, si vos tenías un paro cardíaco no tenían nada”.
Estas terribles acusaciones de Nerina Sist se suman otros expacientes de Aníbal Lotocki que se unieron para reclamar justicia y una regulación más estricta de la cirugía estética en Argentina. La comunidad médica y las autoridades judiciales están “bajo la lupa” y deberán investigar a fondo estos casos y asegurarse en la reflexión sobre la seguridad y la ética en la práctica médica, mientras se esperan respuestas y acciones contundentes para que esto no vuelva a ocurrir.