La sorpresa del día está en la superficie que el USDA relevó como sembrada con soja: 33,79 millones de hectáreas, un dato que resultó un 4,76% menor que los 35,48 millones de hectáreas previstos por los privados y un 4,57% menor que los 34,41 millones proyectados en marzo. Esto, sumado a las actuales condiciones de sequía que afectan amplias zonas productoras del Medio Oeste y de las Grandes Planicies, está generando una fuerte suba del valor de la soja –en torno de los 30 dólares– por compras desde el sector de los grandes fondos de inversión.
Se agrega como hecho alcista un volumen para las existencias de soja al 1º de junio de 21,65 millones de toneladas, por debajo de los 22,10 millones previstos por los privados y de los 26,33 millones de igual momento de 2022.
Como contracara de la soja quedó el maíz, dado que el USDA relevó la superficie sembrada con el cereal en 38,10 millones de hectáreas, un 2,50% por encima de los 37,17 millones esperados por los privados y, también, por encima de los 37,23 millones proyectados en marzo. El dato actual resulta un 6,28% mayor que los 35,85 millones de hectáreas cubiertos en la campaña anterior. Esta situación, que encuentra algo de alivio en existencias al 1º de junio de 104,30 millones de toneladas, inferiores a los 108,10 millos calculados por el mercado, está provocando la caída del valor del maíz por ventas de los especuladores.
Para el trigo no hay grandes sorpresas, más allá de que, como lo esperaban los operadores, el USDA redujo su previsión sobre la siembra de invierno y elevó la de primavera. Las existencias con que comenzó el nuevo ciclo agrícola se ubicaron en 15,79 millones de toneladas, debajo de los 16,60 millones calculados por los operadores y de los 19,01 millones de igual momento de 2022.