Se la utiliza para trabajar en el campo, desde tirar un arado, llevar una carreta con comida para terneros en crecimiento, se la utiliza como animal de cargar transandino para distintos cruces o expediciones y hasta para poder sembrar. Tiene una respuesta muy positiva al trabajo, su adiestramiento es muy similar al de un caballo y su costo de mantenimiento es bajo en comparación a las horas trabajo que puede dar.
Desde siglos hacia atrás se reconoce a la mula como animal trabajador por excelencia del campo y por más que el avance tecnológico exista, no es para todos los que hacen labranza del campo, ya que sus costos son muy altos en inversión inicial al menos, por lo que el trabajo animal dentro de nuestras provincias de Argentina sigue existiendo.
La mula es un animal híbrido, estéril, siendo así que no puede tener hijos, pues esa especie surge del cruce de otras dos especies diferentes. De un lado el asno, (Equus asinus) con 62 cromosomas y del otro, la yegua (Equus caballus) con 64 cromosomas. Con ello, los mulares (Equus mulus) nacen con 63 cromosomas y con ese número impar, la producción de óvulos y espermatozoides es bloqueada.
Sin embargo, el aparato reproductor y la fisiología reproductiva de estos animales son muy similares con el de las yeguas y asnas, incluso con la presencia de ovulación.
Sin embargo, sin óvulo fértil. De entre esas mulas, según investigadores de la universidad de Londrina (Paraná, Brasil), el 60% de las mulas tiene ciclo estral mensual y el 40% a pesar de poseer aparato reproductor, no tiene ese ciclo estral mensual.Sin embargo, más recientemente algunos videos aislados en redes sociales en Internet mostraron mulas pariendo. Pero cómo así, ¿mulas pariendo?
Una de las posibilidades y que incluso se registró en los medios de comunicación nacionales años atrás, donde mulas que después de presentar celo, fueran cubiertas y luego se tornaron preñadas. En estos casos, que, por cierto, son extremadamente raros, esas mulas presentan un “error cromosómico”.