Los investigadores del crimen de Brian Aguinaco, el adolescente que fue asesinado de un balazo en la cara por motochorros en el barrio de Flores, intentan determinar si los delincuentes son los mismos que cometieron otros dos hechos ocurridos en un radio de cuatro cuadras y si una pistola secuestrada en el marco de uno de esos episodios es el arma homicida.
Fuentes judiciales aseguraron que en los tres casos denunciados por las víctimas y por testigos presenciales actuaron dos motochorros en una moto cuyas características siempre fue la misma.
Los pesquisas determinaron que en uno de esos asaltos se secuestraron vainas servidas de una pistola calibre 9 milímetros y en el otro se secuestró un arma de ese calibre.
Respecto al hecho, los pesquisas manejan varias hipótesis sobre cómo se produjo el ataque contra el auto en el que se movilizaba Brian con su abuelo Enrique Aguinaco.
Dos mujeres que caminaban por el lugar fueron sorprendidas por dos motochorros, uno de los cuales se bajó armado y las amenazó para que le entreguen sus carteras.
En medio del forcejeo, apareció el auto manejado por Enrique Aguinaco, quien estaba acompañado por su nieto Brian.
Brian recibió un balazo en la cara y fue trasladado por su propio abuelo hasta el Hospital Piñero, desde donde fue derivado al Hospital Gutiérrez, donde agonizó durante dos días hasta que murió ayer por la tarde.
En tanto, los delincuentes huyeron hacia la villa 1-11-14 y actualmente permanecen prófugos.