Por Dario Doallo (ddoallo@larazon.com.ar)
"The Good Place" plantea que no hay término medio después de la muerte. Unos pocos elegidos, aquellos que se destacaron por sus grandes acciones humanitarias en la Tierra, van a un lugar ideal, un lugar utópico similar al cielo, para disfrutar eternamente. Y todo el resto, sin dudas la gran mayoría, no tiene otra alternativa que caer en el "mal lugar", o sea, el infierno.
La trama comienza cuando Eleanor Shellstrop (Kristen Bell), quien durante sus últimos años de vida se dedicaba a estafar ancianos, llega por error al “buen lugar”, que poco a poco se va desmoronando, pese a los intentos de Michael (Ted Danson) por salvar su creación.
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Teniendo en cuenta su trama, "The Good Place" podría ser tranquilamente un capítulo de "Black Mirror" pero su tono es completamente diferente. Se trata de una comedia al estilo sit-com bastante original y arriesgada, con capítulos de poco más de 20 minutos que se disfrutan muy rápido. Más allá del humor está también todo ese trasfondo y debate sobre la utopía, sobre si en ese mundo de tonos pasteles todo es perfecto y qué pasa allí cuando un ser humano entra a corromperlo.
La primera temporada (13 capítulos) de la serie creada por Michael Schur (ideólogo de grandes comedias como “The Office”, “Parks and Recreation” o “Brooklyn nine-nine”) para el canal NBC acá se puede ver en Netflix, que ahora semana a semana estrena un nuevo capítulo de la segunda temporada, que arrancó con un giro dramático que la hizo crecer mucho en interés.
