Una decena de niños paseaba esta mañana junto a alguno de sus padres por la vereda frente al Parque Rivadavia, en el barrio porteño de Caballito, con entusiasmo pero también precavidos y algunos con cierto temor por el contagio de coronavirus, en el primer día de las salidas recreativas autorizadas por el Gobierno porteño.
"Estoy feliz, extrañaba la luz y salir", dijo a Télam una adolescente de 14 años que caminaba cerca de las 10 de la mañana con barbijo por la cuadra de la avenida Rivadavia, frente al parque que se mantiene cerrado, junto a su hermana de 11 y su mamá.
Soledad López, madre de la adolescente, explicó que "a ella le costó mucho estos días de aislamiento porque va al turno noche del Colegio Nacional Buenos Aires y tiene una gran independencia".
López, que vive con sus hijas a una cuadra del parque, contó que aún no había comenzado las clases cuando inició el aislamiento obligatorio por el coronavirus, "así que desde noviembre que no pisa la escuela".
"Yo extraño caminar, a mi maestra y a mis compañeros", dijo en tanto la otra niña de 11 años en la primera jornada de salidas recreativas para los niños desde que se dispuso la cuarentena el pasado 20 de marzo, hace casi dos meses.
Por su parte, Evelyn Ziegler, de 37 años, paseaba por la misma cuadra con su hijo de 4 años a bordo de un monopatín.
"Él no quería salir porque no quería contagiarse del virus, ayer se ponía el barbijo pero decía que no lo quería llevar", contó a Télam Ziegler, quien manifestó estar "aterrada" cada vez que vuelve del supermercado a su casa.
En tanto, en el Jardín Japonés, en Palermo, decenas de niños estaban junto a sus padres, algunos con máscaras tipo escafandras y encima de monopatines y bicicletas.
Desde este sábado, niños y adolescentes hasta 15 años inclusive pueden realizar salidas junto a uno de sus padres, según la terminación del documento del adulto acompañante, en un radio no mayor a 500 metros de sus hogares y durante una hora.