Máximo es un bahiense que vive solo y es papá de una niña de 12 años. El joven es trabajador de una empresa de productos lácteos y desde que comenzó la cuarentena obligatoria comenzó a realizar su labor a distancia.
Máximo manifestó que salió pocas veces, solamente para comprar lo necesario y tratar que la compra dure varios días. Otra de sus salidas fue para buscar a su hija con quién comparte momentos de estudio.
Él nos relató: "Gasto más plata en alimentos y menos en combustible, debe ser por el aislamiento, tuve que cambiar las actividades que realizaba cotidianamente".
En cuanto al lado negativo del encierro, remarcó: "No soporto no poder realizar las cosas que siempre hacía, ver a mis amigos, ir al gimnasio, todo aquello que desarrollaba y ya no se permite hacer".