Finalmente Zulemita Menem pudo conocer a Justina, la “tía del corazón” de Mauricio Peñaloza, el enfermero que había robado la pieza de la casa del senador, y le agradeció públicamente en su cuenta de Instagram, con una cariñosa foto que respalda el encuentro.
El histórico anillo de oro con una piedra ónix del ex presidente Carlos Menem, fue robado por su sobrino y la mujer fue la que lo alentó a que devolviera lo que no le pertenecía. “Enorme alegría de conocer a Justina, gracias a ella pude recuperar el anillo de mi Papá. Un ejemplo de valores y honestidad. Gracias por siempre Justina”, escribió la hija del ex mandatario.
El abogado de Zulemita, Diego Storto, le confirmó a diario “Clarín” que Zulemita recompensó económicamente el buen gesto de Justina, pero no se dará a conocer la cifra. En el encuentro no estuvo presente el sobrino de la mujer.
La historia de la devolución del anillo comenzó el 25 de febrero, cuando luego de deambular por varios días en distintos domicilios, apareció “Mauro” en la casa de su “tía”, la mujer que lo crió porque era amiga de su mamá.
“Viene a la tardecita y toca la puerta para entrar. Es el Mauro, dije, ahora sí que le voy a hacer pasar”, recordó Justina, que vive en la localidad de Francisco Álvarez, partido de Moreno, y trabaja vendiendo verdura en el Mercado Central de Buenos Aires.
Hacía varios días que el joven estaba desaparecido, desde que la Policía fue a buscarlo en un allanamiento por “hurto”. Tampoco estaba en la casa de su mamá. Su tía le había jurado que si lo buscaban, lo iba a entregar. “Yo al que venga a buscar la Policía lo entrego porque yo trabajo”, decía.
Cuando estuvieron a solas, Mauro le confesó que él tenía el anillo de Menem y ella le dijo que había que devolverlo a quien le pertenecía.
Justina y “Mauro” fueron desde el oeste de Moreno hasta el sur de la Ciudad de Buenos Aires en un Uber. En el camino se encontraron con un auto gris. Alguien le entregó la joya al enfermero envuelta en un papel. “Acá está”, le dijo el enfermero a su tía y se lo dio.
Justina cree que hasta ese momento, el anillo debía estar en la casa de una prima de “Mauro”, en Villa Lugano, donde él se quedó los días que estuvo desaparecido.
La “tía” ya tenía decidido lo que iba a hacer. Se lo iba a devolver personalmente a Zulemita. Entonces tomó otro Uber hasta Belgrano. Buscaba la casa de Menem, la misma en la que había trabajado “Mauro”, en Echeverría al 3500.
Preguntó a la gente que caminaba por la zona hasta que encontraron a un policía. El oficial, al darse cuenta de lo que pasaba, la llevó hasta la comisaría 13C de la Policía de la Ciudad. Los agentes avisaron al juzgado de turno que tenían el anillo.
Pero la mujer no lo quería entregar. No a la Policía, porque tenía miedo “de que se perdiera”. Quería dárselo en persona a Zulemita pero no fue posible. Tuvo que dejar la alhaja en el lugar.
Inquieta por no haber logrado lo que quería, Justina fue hasta la casa de Menem, avisó en una garita y llamó al 911. Quería asegurarse que la familia supiera que el anillo había sido devuelto. Para eso había costeado todos los viajes de su bolsillo y hasta perdió el viernes, el día de la semana que más vende en el Mercado Central.
Finalmente, a la mañana tuvo la certeza y la paz emocional cuando Zulemita recuperó la alhaja en Tribunales.
“Es muy importante para mí y para la familia. Mi padre era muy apegado a estas cuestiones afectivas. Le agradezco a la familia del enfermero, que devolvió el anillo. No quiero ninguna condena que no le corresponda por el delito, creemos que con una probation puede estar bien. El gesto de la familia quiero destacar, me comprometí a una recompensa, ya lo vamos a resolver”, dijo la hija del ex presidente.
El caso estuvo a cargo de la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad, que pudo ubicar la desaparición del anillo entre el 6 y el 16 de diciembre. Los investigadores repararon en dos datos: que Menem lució su anillo en el anular de su mano izquierda por última vez en público en la sesión del Senado del 4 de diciembre y que el 5 el enfermero de siempre y de confianza del ex presidente se tomó vacaciones. Lo reemplazaron dos enfermeras y un enfermero de la empresa de medicina prepaga Swiss Medical, que empezaron a trabajar el 2 para hacer el traspaso.
La Policía le llevó la notificación de la citación a indagatoria a sus dos compañeros, pero a “Mauro” no pudieron encontrarlo. Había brindado un domicilio que no era el verdadero. Así es como estuvo varios días “en rebeldía” para la causa. Hasta que Justina, enterada de todo, decidió devolverlo.