Al drama de la pérdida de cientos de miles de empleos y el incremento de la pobreza a lo largo de 2020 se sumó que quienes aún conservaron sus puestos de trabajo, perdieron por paliza contra la inflación y más aún contra los precios de los alimentos, al menos hasta octubre.
El Indec publicó este martes que el índice de salarios total de la economía argentina creció 4,1% en octubre de 2020 respecto de septiembre. En ese mes, la inflación había sido del 3,8% (la más alta del año).
Pero si en vez de mirar la “foto” se observa “la película” de los últimos doce meses, el escenario es completamente distinto. El indicador mostró un crecimiento nominal de 32,9% en los últimos doce meses, hasta octubre.
La inflación anual de octubre había sido del 37,2%, por lo que el total de salarios quedó 4,3 puntos porcentuales por debajo del movimiento que experimentaron los precios. Es decir, hubo pérdida real en el promedio del ingreso de los trabajadores.
En términos reales, descontando la inflación, el Índice de Salarios registró una caída del 3,2% en octubre. En el ministerio de Economía, en tanto, señalaron que la tasa de reducción fue menor al 3,5% de septiembre.
Pero más duro el panorama si se analiza que la Canasta Básica Total (CBT) que mide el mismo Indec registró en octubre un encarecimiento 40% comparando con el costo que esa canasta de bienes y servicios tenía un año antes.
Eso expone que hubo un mayor impacto de la suba del costo de vida sobre los sectores asalariados, registrados o no, que tienen sueldos más bajos porque son ellos los que destinan la mayor parte de sus ingresos a cubrir la CBT.
Asimismo, la situación se pone aún más difícil al comparar el incremento nominal de los salarios con el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que en octubre había escalado 45,8% anual, también de acuerdo al Indec.
El organismo que conduce Marco Lavagna precisó que el índice de salarios total sólo del sector registrado acumuló en los últimos doce meses un aumento de 31,9%. Esto fue consecuencia del incremento de 34,4% del sector privado registrado y un aumento del 27,4% del sector público.
El sector privado no registrado no se puede medir, pero el Indec hace una estimación a partir de lo que declaran los ciudadanos en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y esto tiene un rezago de cinco meses.
El índice global de salarios estima la evolución de los salarios pagados en la economía aislando el indicador de variaciones relacionadas con conceptos tales como la cantidad de horas trabajadas, descuentos por ausentismo, premios por productividad y todo otro concepto asociado al desempeño o a las características de los individuos concretos.
Así, el índice de salarios total mostró un crecimiento de 32,9% en los últimos doce meses como consecuencia de la suba del 31,9% del total registrado y de 37,7% del sector privado no registrado.
En 2019, el índice de salarios había crecido 40,9% en términos nominales, mientras que la inflación escaló 53,8%. Si la tendencia de octubre de 2020 se mantuvo hasta diciembre, los asalariados del sector privado habrán acumulado cinco años con de caída real de sus ingresos.
Y desde el 2010 para aquí, los salarios le ganaron a la inflación solo en cuatro de once años: 2010, 2011, 2012 y 2015 (utilizando para estos años índices alternativos de movimiento de precios al consumidor dado que el Indec estuvo intervenido por el kirchnerismo).
En el ministerio de Economía celebraron dos cosas: en principio, que los salarios le hayan ganado en octubre en la comparación mensual a la inflación. Y en segundo lugar, que el indicador “aceleró” su avance hasta 32,9%, respecto del 31,8% interanual de septiembre.