Los jóvenes y contemporáneos de la carrera de Alfredo Graciani tuvieron en él uno de los primeros grandes ídolos de la historia de Boca. A fuerza de diagonales, goles y festejos con los brazos en alza, el delantero se ganó a los hinchas del club.
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En total jugó 250 partidos oficiales y marcó 83 goles, que lo ubican como el 14° goleador de la institución. Mucha picardía en sus movimientos, alta velocidad, engaño y calidad fina a la hora de definir eran una de sus cualidades en ataque.
Sus memorables corridas y definiciones sirvieron, entre grandes partidos, para levantar la Supercopa 1989 y la Recopa 1990. También quedó grabada una imagen que muchos hinchas recordaron: su festejo con su padre en la tribuna. Fue luego de una victoria 4-1 ante Newell’s con dos goles suyos por la Liguilla de 1986. Graciani lo resaltó como “la alegría más grande de mi vida”.
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Los grandes: sus favoritos
A la hora de repasar su historial completo, con sus partidos amistosos, Graciani anotó 99 tantos en 308 partidos y sus víctimas favoritas fueron los equipos grandes. A River le metió 7 goles en 27 juegos.