Este domingo, la Selección Argentina venció 3 a 0 a Uruguay en el Monumental en el partido postergado por la quinta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas hacia Qatar 2022. Entre la gran cantidad de relatores y comentaristas, estuvo presente el uruguayo Alberto Raimundi, el particular relator que cubre la campaña de Gimnasia y Esgrima La Plata.
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Su relato, que suele ser conocido por propagar insultos desmedidos hacia los equipos participantes y sus jugadores, estuvo también presente en el estadio de River y quien no se salvó fue Messi y su “suerte”.
Enojadísimo, en radio revolución, Raimundi despotricó por el rendimiento de la selección uruguaya, sus jugadores y los goles que erraron en el primer tiempo. Al mismo tiempo, en su relato que se viralizó, acusó a Messi por la “suerte” que siempre tiene ante la celeste.
Quien es Alberto Raimundi
Alberto Raimundi es un relator partidario de Gimnasia y Esgrima La Plata y transmite al “lobo” desde 2011 en todas las canchas del país. Dice que va a todas menos al “inodoro”, el Estadio Único de La Plata (ahora llamado Diego Maradona). “No estamos de acuerdo con esa cancha”, siempre argumenta.
Raimundi se hizo famoso por insultar al exárbitro Saúl Laverni en un clásico platense. También hizo lo propio con Teófilo Gutiérrez, a quien en una oportunidad llamó “negro de mierda” y eso le valió una citación del INADI. Desde el primer partido en el que se conoció su relato, los mismos se fueron viralizando lunes tras lunes y recibían miles de visitas. Así, Raimundi quedó como un relator bastante particular de quien algunos hinchas de Gimnasia eligen desentenderse.
Según cuenta, sus transmisiones son “a pulmón” y jura que cuando se escucha le da “vergüenza”. No nombra a Estudiantes, equipo al que le dice “Caperucita colorada y prostituta”, y afirma que no es periodista.
A raíz de sus insultos, protagonizó una pelea en 2017 con el entonces arquero de Gimnasia Gastón Sessa. En un programa deportivo para una señal de cable platense, Raimundi se sumó al estudio mientras se grababa el programa y fue allí que Sessa, sin saber que iba a estar presente, dejó de hablar y lo increpó.
