Brasil, uno de los epicentros mundiales de la pandemia, sumó 1.760 muertos por Covid-19 en las últimas 24 horas, la segunda peor marca desde el comienzo de la crisis sanitaria.
Batió el récord diario de fallecidos por séptimo día consecutivo, con un nivel que no baja de 1.600 decesos por día. La cifra confirma el fuerte recrudecimiento de la enfermedad en un país al borde del colapso en gran parte del territorio nacional.
El director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, criticó la respuesta del gobierno brasileño a la pandemia, considerando que durante los últimos días la situación en el Estado sudamericano se ha deteriorado al punto de registrar nuevos récords de muertes esta semana.
En una conferencia de prensa desde Ginebra (Suiza), el titular de la organización describió al escenario como “muy, muy preocupante” y advirtió sobre la posibilidad de que trascienda sus fronteras. “Si Brasil no es serio, continuará a afectando a toda la región y más”, expresó.
En la misma línea, aunque extrapolando la advertencia al resto del mundo, se manifestó el director ejecutivo del programa de emergencias, Mike Ryan. “No es el momento para que Brasil o nadie se relaje”, afirmó, en referencia al hecho que esta semana la tendencia descendente de casos a nivel global, a la baja durante seis semanas, se revirtió. “La llegada de las vacunas es un augurio de gran esperanza pero también puede significar un riesgo si potencialmente perdamos la concentración”, agregó.
Brasil se enfrenta, actualmente, a una brutal y prolongada segunda oleada del coronavirus, que el miércoles alcanzó un récord diario de 1.910 muertes. El país sudamericano superó recientemente los 260.000 decesos, la segunda cifra más alta a nivel global, solo por detrás de los Estados Unidos. También tiene la tercera mayor cantidad de casos positivo reportados, con casi 10,8 millones el viernes, en un territorio de 210 millones de habitantes, según el recuento de la universidad Johns Hopkins.
El país se convirtió en un foco de preocupación global, sobre todo, desde la aparición de la cepa más contagiosa, que se cree tuvo su origen en la ciudad de Manaos y es la causante de buena parte de los nuevos contagios registrados recientemente.
La cepa, conocida como P1, podría ser capaz de volver a contagiar a personas inoculadas con la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac. La información, tomada a partir de una pequeña muestra, sugiere que la variante podría tener una carga viral hasta 10 veces más alta que la original.
Los científicos consideraron que, para prevenir la transmisión, podría ser necesario aplicar una dosis de refuerzo de esa vacuna, actualizada para esta u otras variantes que se presenten. No obstante, los datos son preliminares y deberán ser confirmados por una investigación más amplia.
Sin citar en ningún momento el aumento de las cifras de decesos y contagios, Bolsonaro reiteró que lamenta “cualquier muerte”, pero al igual que en ocasiones previas, opinó que “es parte de la vida”.
Con información de EFE.