Alexandra Pérez, la mamá de Felipe Romero, el niño asesinado el viernes en Uruguay por su entrenador, Fernando Sierra, aseguró que en un principio no tenía problemas con que mantuvieran una amistad porque "Felipe lo veía a él como su padre".
"Pienso que me equivoqué como madre. Él quería que yo me volviera a casar (...) "Él quería tener un padre y yo pensé que le estaba haciendo un bien", sostuvo, y dijo que su error fue creer que "estaba bien con esa presencia masculina que tanto necesitaba".
Tras empezar a notar cambios en su hijo, tras una recomendación de una psicóloga Alexandra le dijo a Sierra que no podrían pasar más tiempo juntos. Al día siguiente, Sierra retiró a Felipe temprano de la escuela y se lo llevó a un paraje apartado, donde lo mató y luego se suicidó.
Los resultados de la autopsia del cuerpo de Felipe revelaron que el niño era víctima de abusos sexuales desde hacía tiempo, y que había sido sedado antes de su muerte.