Las dudas de los inversores sobre el futuro político de la Argentina se transformaron en un círculo vicioso que ya impacta en la economía y complica las aspiraciones electorales de Mauricio Macri: la suba del Riesgo País obligó al Gobierno nacional a suspender las obras del sistema de Participación Público Privada (PPP) por los extremos costos para conseguir financiamiento.
"Consideramos que es prudente esperar para trabajar con nuevos proyectos, es una herramienta absolutamente válida, pero en momentos en que el rendimiento de la deuda argentina sea más bajo", explicó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
El jefe del equipo económico de la Casa Rosada confirmó la amarga decisión de poner en compás de espera el mecanismo de PPP, una de las mayores apuestas para motorizar la obra pública. Continuará lo licitado y quedarán en suspenso el resto de las carpetas con proyectos energéticos, hídrico, de vivienda y de transporte ferroviario, entre otros.
La nueva voluntad se materializó en el llamado a licitación para construir la represa Portezuelo de Viento, en Mendoza, que demandará hasta 800 millones de dólares. Dujovne informó ayer que la obra finalmente no se realizará por PPP y que los recursos se pondrán a disposición a través del Tesoro y de organismos bilaterales o multilaterales de crédito.
El Riesgo País, que elabora el JP Morgan comparando el rendimiento de los bonos argentinos con los del Tesoro de los Estados Unidos (considerados libre de riesgo), es quizá el mejor termómetro para medir los temores del mercado por las dificultades que afronta la vapuleada economía argentina para salir de la recesión y también por el resultado de las próximas elecciones.
El acceso a los dólares necesarios del FMI para garantizar los compromisos financieros hasta fines de 2019 y la aprobación del Presupuesto generaron algo de alivio y llevaron al indicador a perforar la barrera de los 600 puntos. Pero la tranquilidad llegó a su fin a principios de noviembre, cuando el guarismo emprendió una carrera alcista que hoy lo ubica cerca de los 800 puntos, su máximo en la era Macri.
Esa desconfianza eleva los costos que afronta el Gobierno nacional para financiarse y por ello, si el Estado saliera a emitir deuda en el mercado internacional debería pagar una tasa no menor al 11% (casi 8 puntos porcentuales más que lo que ofrecen los bonos del Tesoro estadounidense).
En los fondos de inversión parecen no compartir plenamente las expectativas de la Casa Rosada sobre el fin de la recesión y tampoco se muestran completamente satisfechos por el respaldo del FMI porque, tal vez, la mayor incógnita es qué sucederá a partir del 2020.
Dujovne consideró que el nivel del Riesgo País actual no se condice que lo que muestran las variables macroeconómicas que, remarcó, vienen mejorando en el marco del acuerdo con el FMI. Pero fue el titular de la UIA, Miguel Acevedo, quien expuso ayer la preocupación interna al advertir que el salto de ese indicador "lo que está diciendo es: 'no creo que la Argentina pueda pagar'".
Pero las complicaciones para acceder al crédito no son una novedad porque también son un escollo para también son un escollo en los primeros proyectos PPP, para crear la red de más de 3.000 kilómetros de Autopistas y Rutas Seguras, que se iniciaron el mes pasado.
El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, reconoció en medio del G20 que "no estaba asegurado" el financiamiento para esas obras, pero se mostró confiado en las gestiones para lanzar un fideicomiso de hasta 600 millones de dólares.
Así, los temores sobre el futuro que Macri no logra disipar se convirtieron en problemas para el presente.