Desde que se conoció la noticia del hallazgo del submarino, un grupo de familiares de la tripulación del ARA San Juan se instaló desde la madrugada frente a la Base Naval local en Mar del Plata, a la espera de un parte oficial que el propio jefe de la sede, el capitán de navío Gabriel Attis, dio primero a otros deudos alojados en un hotel céntrico.
Enojados, esos familiares reclamaron: "de acá salieron vivos y acá tenían que llegar, acá tienen que darnos las respuestas que pedimos". Así quedó de manifiesto el malestar que sienten hacia el Gobierno y la Armada.
"Queremos que nos traigan a nuestros familiares, si hay polvo en el submarino, que nos traigan polvo", afirmó a La Nación Viviana, esposa del suboficial Alberto Arjonia, acompañada de varios de sus parientes que pedían por un encuentro cara a cara con el jefe de la unidad militar.
Es que, mientras el objetivo anterior era lograr que la búsqueda continuara y se intensificara hasta hallar el submarino, ahora los familiares tienen una nueva meta: lograr el rescate de los restos de los 44 tripulantes.
Los familiares no quieren conformarse con fotos o con la notificación de que solo queda polvo. "Que saquen presupuesto de donde sea, que se lo pidan a sus camaradas, pero hay que traer a los 44", decían anoche.
De algún modo, ahora se vuelve a foja cero. El submarino fue encontrado, pero desde este momento hace falta, para los familiares, comenzar un nuevo operativo; el que logre traer a la superficie lo que queda de él.