La vida de Meghan Markle cambió de forma radical. Pasó de ser una estrella de Hollywood a ser parte de la familia real británica convirtiéndose en duquesa Sussex (36). Esa por esa razón, que la actriz debió dejar atrás sus hábitos alimenticios para cumplir con las normas estipuladas de la realeza.
Desde su comportamiento, su vestimenta hasta su comida, todo tuvo que modificar Markle. Y es que por pedido de la reina Isabel, no hay más pastas ni ajo en los menús de la mujer del príncipe Harry (33).
Una de las primeras prohibiciones que le tocó enfrentar a la nueva integrante de la realeza fue cerrar su cuenta de Instagram y su blog The Tig donde mostraba, en más de una oportunidad, diferentes platos con comida que tenían ajo. Una de sus recetas favoritas era cocinar los domingos adobo de pollo al estilo filipino, que contenía el ingrediente que ya forma parte de su pasado.
Además del ajo, que nunca formaría parte de menú de la Reina, otro de los alimentos prohibidos en las visitas al extranjero es el marisco, debido a que existe un alto riesgo de intoxicación por lo que se eliminó del menú para evitar enfermedades durante el viaje. En cuanto a las pastas, el arroz y las papas tampoco aparecen en el menú porque la prohibición de carbohidratos es una elección personal de la reina Isabel, quien evita las comidas con almidón.