El diario íntimo que Martín Lanatta escribe en la cárcel de Ezeiza

El autor de la triple fuga fue condenado a perpetua por el triple crimen de la efedrina.

El diario íntimo que Martín Lanatta escribe en la cárcel de Ezeiza
Martín Lanatta

"Extraño a mis fierros. Un fusil HKmp5, un AK47 5,56, una Colt M4, un FAL 7.62, dos ametralladoras FMK3 y una 9MM, dos pistolas Glock y una Franchi Spas 15. En los días de fuga yo dormía abrazado al fusil, pero además tenía a mi alcance dos ametralladoras y dos pistolas". Martín Lanatta, de 45 años y desde su celda del pabellón 3 H de la cárcel de Ezeiza, revela en su diario íntimo su amor por las armas y lo que las extraña. Pero en sus escritos hizo referencia a todos los temas...

Lanatta volvió a ser noticia el 27 de diciembre de 2015; ese día se fugó de la cárcel bonaerense de General Alvear junto a su hermano Cristian y su amigo Víctor Schillaci. Fueron desde Buenos Aires hasta Santa Fe, y robaron autos, camionetas, tomaron rehenes y se tirotearon con gendarmes y policías. Finalmente, los detuvieron el 11 de enero de 2016,

"Estábamos ocultos en un monte de Santa Fe, adentro de una camioneta. Dormíamos abrazados a nuestros fusiles. Víctor al volante, mi hermano en el asiento de acompañante y yo atrás, con más armas que ellos. Estaba tan compenetrado en la ferocidad de la supervivencia, que por esos días me miraba al espejo y sentía el impulso de disparar. Era tremendo pensar todo el tiempo que nos buscaban casi mil policías", describe.

Sobre la fuga de Alvear, Lanatta recuerda: "El plan era matarnos. Nos sacaron de la cárcel para eliminarnos. En Alvear las autoridades penitenciarias nos dieron hasta ropa de guardias. Y construimos las armas de madera. Había que esperar el 26 de diciembre y preparar todo. Así fue, llegaba el día, teníamos el arma replica lista, estábamos asombrados de lo bien que había quedado. Le puse una correa para colgármela y dos armas de tipo Glock. Esperamos que llegara la noche y cenamos liviano. No pasaban más las horas, pero llegó, vendría el recuento de las 2 de la mañana. Nos pusimos los tres en mi celda esperando al oficial. Dejé la cortina puesta, cuando la corrí, lo sorprendimos, mi hermano y Víctor lo sujetaron yo le mostré el arma de utilería. Hizo que se calmaba y empezó una feroz resistencia y quiso gritar por auxilio. No me quedó otra que pegarle un golpe de puño, lo hago cerca del ojo y cae de rodillas. Pudimos reducirlo. Empezó a sangrar, se le había hecho un corte, no calculé, serían los nervios, pero ofreció mucha resistencia. Por fin lo pudimos atar ya teníamos todas las indicaciones para salir".

"Ahora estoy mucho más flaco, en el penal hago gimnasia. Muchas mujeres me escriben y quieren conocerme, pero yo tengo la cabeza en otra cosa: en volverá estar en la calle, pero sin fuga de por medio. Como corresponde", dice Lanatta en Infobae.

El 21 de diciembre de 2012, fue condenado a perpetua por los crímenes mafiosos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, tres empresarios acusados de traficar efedrina que aparecieron muertos en una zanja de General Rodríguez el 13 de agosto de 2008.