Facundo Díaz Acosta tiene 19 años y antes del aislamiento social preventivo y obligatorio dictado por el Gobierno para contener la pandemia de coronavirus, entrenaba todos los días en doble turno para seguir mejorando en el deporte que lo apasiona: el tenis.
El joven es una de las promesas que tiene nuestro país, pero lleva 5 meses sin poder entrenar en una cancha. Para mantenerse activo dentro de su casa en el Gran Buenos Aires, Facundo pelotea contra un colchón.
"Lo hago, más que nada, para mantener el callo de la mano, para seguir sintiendo la raqueta, pero a la media hora me aburro; ni se compara. Hace unos días corté el encordado y empecé a festejar, imaginate la emoción que tenía", dijo en una entrevista con diario La Nación.
Y agregó: "Es muy duro lo que me pasa. Hay días en que me levanto bien, pero otros sin ganas, sin querer hacer nada. No sé qué va a a pasar cuando vuelva a jugar, si podré ser el de antes. No lo sé. Además estoy en total desventaja con respecto a jugadores de otros países o de otros argentinos que pudieron entrenarse".
La Asociación Argentina de Tenis (AAT) fue el primer organismo deportivo en presentar un protocolo, el 26 de abril . Sin embargo, sigue vedado.
"Hablé con la AAT pero me explicaron que habían hecho lo posible, que se trataba de una decisión de la Nación. Intentamos por todos los medios legales ir a Uruguay, a Europa, pero nada. Salió la chance de ir a San Luis, que nos recibía tras un acuerdo con la AAT, pero no iban otros jugadores, entonces Facundo no se iba a poder entrenar con nadie", explicó Mariano Monachesi, entrenador del jugador.
Facundo relató que "en tiempos normales entrenaba dos horas y media de tenis a la mañana, más dos horas a la tarde. Pero ahora, en estos casi seis meses hice una hora y media o dos de físico, más tenis contra el colchón, que amortigua la pelota y te sirve, de cierta manera, de frontón. Hay días en que no completo el doble turno porque estoy quemado de la cabeza y no tengo ganas. Es frustrante".
"Hay que ver cómo estoy físicamente cuando vuelva a jugar, porque por más que haga doble turno en casa tengo un espacio de dos por dos. Quizás me lleva 4-5 semanas volver a mi normalidad. Tengo que tener cuidado con las lesiones. Encima, ver que en Europa están todos entrenando hace meses te baja más la motivación. Además, no tengo muchas cosas en casa para entrenar: algunas mancuernas, bandas elásticas, un step, una soga. No mucho más", agregó.
"Sin permitirnos entrenar nos están cortando la posibilidad de mejorar, de estar arriba. No entrenar durante cinco meses hará que muchos dejen. Quedará mucha gente en el camino", se lamentó el joven, y cerró: "Quiero poder entrenar acá, buscar una manera. Así no da para más, no podemos quedarnos parados".