Semanas después de ser detenido por un intento de robo en Vicente López, La Tota Santillán rompió el silencio.
"Quiero aclarar que he tenido un pico de estrés. Recuerdo haber subido al tren, me bajé en Caseros. Recuerdo que a la gente del lugar (por el bazar donde lo denunciaron) les había pedido dos muñecas para mis nenas. Y de repente aparecieron cuatro policías y me tiraron al piso. Fue muy feo. Todavía no caigo en lo que me pudo pasar ahí", explicó al aire del "El diario de Mariana".
"No me dio vergüenza que me esposaran, sino la manera que lo hicieron. Me pasearon por todo Vicente López. Paraban y le decían a la gente: '¡Mirá, llevamos a La Tota!'. Eso lo recuerdo muy bien: cómo me llevaron y cómo me trataron. Yo sé que no hice nada", afirmó.
"En la Clínica del Parque (el primero psiquiátrico al que fue derivado), al señor que me atendió no le salió bien la de mi suegro. Cuando vuelvo a revisarme las costillas fisuradas, a la gente de Osde les dije que quería ir a la Clínica Avril. Me la recomendó Matías Alé, que estuvo ahí. Y ahora estoy en buenas manos", aseguró.