En la jornada del lunes se dio a conocer que el número de casos de coronavirus a nivel mundial superó los 2 millones, de acuerdo con un conteo de la Universidad Johns Hopkins, aunque surgió un rayo de optimismo por el hecho de que no hay nuevos brotes en Estados Unidos ni en otros países.
La enfermedad se ha sentido con más fuerza en Nueva York, Italia, Francia, España y Gran Bretaña, pero los lúgubres pronósticos de que el virus se extendería con igual gravedad a otros rincones de Estados Unidos y del mundo no se han materializado tras más de un mes de medidas para reducir su impacto.
A las autoridades de todo el mundo les preocupa que el suspender las cuarentenas y las medidas de distanciamiento social pudiera echar por tierra fácilmente los avances duramente ganados con esas medidas para reducir los contagios.
Aun así, había señales de que algunos países tenían los ojos puestos en la reactivación. España permitió que algunos trabajadores regresaran a sus empleos, mientras que la región italiana del Véneto, duramente golpeada por la enfermedad, redujo sus restricciones de confinamiento.
Por su parte, gobernadores en ambas costas de Estados Unidos anunciaron que unirían fuerzas para establecer una reapertura coordinada en un momento dado, preparando el terreno para una posible fricción con el presidente Donald Trump, que dijo tener la última palabra para determinar cuándo y cómo reactivar al país.